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La nueva "Star Wars": matar al padre Lucas

Esta semana se estrenó en salas locales la película "Star Wars: Los últimos Jedi", octavo episodio de una saga que busca ampliar su audiencia sobre las ruinas del viejo mundo.
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Hay una idea que se repite constantemente a lo largo de la recien estrenada "Star Wars: Los últimos Jedi": la necesidad de derrocar a los viejos referentes para iniciar un nuevo orden.

Esa reestructuración sociogaláctica -más cercana al lado oscuro de la fuerza que a las políticas de los tradicionalistas Rebeldes- parece reflejar también la apropiación de la saga por parte de Disney.

Se trata de matar al padre George Lucas (retirado hace años en la tranquilidad de su rancho) para reiniciar la opereta espacial a la luz de los nuevos tiempos. Eso, por supuesto, aún no ocurre del todo. Pero "Los últimos Jedi" está ciertamente marcada por esa vocación de transición.

En 2015, con "Star Wars: El despertar de la fuerza", J.J. Abrams fue acusado de ser demasiado respetuoso con las líneas de estilo trazadas por Lucas. El nuevo director, Rian Johnson, en cambio, se atreve a desordenar el gallinero y, sobre las ruinas de lo que ya conocemos, proyecta la posibilidad de un universo completamente renovado.

No es que un personaje histórico como Luke Skywalker no sea importante en la película (de hecho, es la figura central, el viejo héroe que reaparece para ayudar a los Rebeldes contra las fuerzas del mal), pero su condición de mentor lo asemeja a un ex presidente recibiendo un último reconocimiento de parte de jóvenes políticos que serán los nuevos actores de una nación.

Esta operación no es necesariamente negativa -después de todo, el tiempo pasa-, pero en el plan de sumar nuevas audiencias sin abandonar las antiguas, la película se vuelve algo calculadora y oportunista.

El espíritu de los tiempos impulsa a Johnson a introducir algunos temas de agenda (feminismo, ecología, multiculturalidad), acoger ciertas reglas dictadas por la era Marvel -como un humor constante que resulta innecesario- e incluso complacer a una audiencia infantil con unos molestos personajes tipo Minions que nos recuerdan los años de Jar Jar Binks.

Pero la principal pregunta que surge con la reestructuración es: ¿está el nuevo universo de "Star Wars" a la altura del original? Ni los más entusiastas defensores de las nuevas películas podrían afirmarlo. Lucas creó una trilogía original perfecta que no resiste demasiadas extensiones.

Mark Hamill, quien interpreta a Skywalker, se atrevió incluso a cuestionar la renovación, como informó la página Comicbookmovie.com. "Me gustaría que fueran más receptivos a la orientación y el consejo de George Lucas. Esta trilogía actual es muy diferente a lo que él había pensado", confesó.

En favor de Johnson -responsable de esa genial cinta de ciencia ficción inteligente llamada "Looper"-, podemos decir un par de cosas positivas, como que es un buen director de actores (brilla especialmente Adam Driver como el atormentado y oscuro Kylo Ren) y entiende la importancia del factor emocional a la hora de abordar los dramas que siempre estuvieron presentes en la saga (el punto alto es, por supuesto, la "shakespareana" línea de "soy tu padre").

Y también está, cómo no, el factor emocional que seguirá atrapando a una generación por razones extracinematográficas (muchos recordamos el contexto de vida en el que nos enfrentamos a la saga por primera vez): la tipología clásica del título al comienzo, la incombustible música de John Williams, los personajes que muchos coleccionamos como figuritas de juguete. La industria de la nostalgia es infalible.

luke skywalker (mark hamill) protagoniza La nueva star wars.


en resumen

El Episodio IX será dirigido por J.J. Abrams y se estrenará en el año 2019. Se espera que el recién estrenado recaude 220 millones de dólares este

fin de semana en EE.UU.

Por Andrés Nazarala R

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