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El artesano que rescata troncos de olivos y los convierte en bellas obras

Germán Varas va de parcela en parcela rescatando los árboles talados y los guarda en su taller, de donde salen convertidos en mesas de centro, combis, renos, monos de nieve, entre otros. Trabajos netamente "Made in Arica".
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Bibiana Mamani H.

Desde pequeño Germán Varas heredó de su madre la habilidad para hacer artesanías, por eso con el tiempo se convirtió en orfebre, un oficio que lo entretenía, pero que no lo entusiasmaba del todo.

Una día la madre de Germán le pidió ayuda para cortar unos troncos de olivo y allí se dio cuenta que la madera era lo suyo.

"Mi mamá hacía recuerditos, por eso me pedía que la ayudara. Y de esta forma me picó el bichito por experimentar con la madera de olivo, que es dura y pesada", contó Varas.

A los 27 años, Germán ya tenía planificado convertirse en artesano, por eso a medida que se hizo conocido por su trabajo, las personas le regalaban ramas y troncos de olivo. Estos los guarda en su taller y luego los talla a mano o con ayuda de maquinaria para convertirlas en piezas únicas, con identidad local.

Olivos talados

Una temporada, Azapa fue renovando sus cultivos y varios agricultores talaron los olivos para instalar grandes invernaderos, los que predominan hoy en día.

Al ver este fenómeno, Germán se hizo amigo de Sergio Stagnaro y algunos integrantes de la familia Lombardi, quienes le donaron los troncos de olivos talados para fabricar sus artículos decorativos.

"Ellos tuvieron que cambiar de cultivos, porque ya no era rentable seguir con los olivos, pero a pesar de eso me comentaron que les dolía botar sus olivos, por eso me los donaron, porque preferían que se conviertan en artesanía, antes que terminen como leña", contó Varas.

De esta forma este artesano iquiqueño, pero de familia ariqueña, le dio una segunda oportunidad a la madera de olivo y la convirtió en bellos artículos decorativos; piezas únicas que solo se pueden apreciar en la Feria del Juguete, en Asociación Estrella de Belén.

Piezas únicas

Entre las piezas y artículos decorativos que elabora con mucho cariño, se pueden ver: porta vinos, combis, cuadros, espejos, tanques, láminas con dibujos locales, escudos, lámparas, porta velas, mesas de centro y otros muebles a pedido.

"Trabajar con el olivo es lo que me apasiona. A pesar de que la madera es difícil de trabajar lo hago con ayuda de maquinarias, pero a futuro espero contar con motosierras más grandes para trabajar mejor, porque ahora solo cuento con equipo básico", comentó.

Entre los artículos que más llevan los turistas destacan las láminas de olivo con dibujos del colibrí, soldado del Pacífico, el Morro de Arica y otros.

"Yo trato de darle un toque de identidad local a mis trabajos, pero de por sí el turista valora el olivo porque es propio de la región y si va con una imagen del Morro o un colibrí en ella, saben que es una pieza única y que se están llevando un lindo recuerdo de la zona", dijo.

Llegó navidad

Para estas fechas, Germán trabajó con 3 meses de anticipación para tener los artículos decorativos a tiempo. Es que los pedidos son varios y la demanda aumenta.

"Para Navidad hice unos renos y monos de nieve, los que han sido la novedad, porque no se ven piezas de este tipo", dijo Germán, mientras sostiene a su hijo Aldo y muestra su pieza favorita: un escudo medieval con espadas incluídas.

"Este es un trabajo que me gusta hacer, no me creo el mejor ni nada, solo trabajo en lo que me gusta hacer", añadió.

El emprendimiento de este joven artesano se llama "Arteolivos", un proyecto familiar que comenzó en Gallinazo, pero que lo llevó a recorrer Azapa, para rescatar los troncos de olivos, que normalmente son usados como leña.