Hace una semana y media, Pablo Ramírez quiso evitar saliva y mal rato, y decidió que los propios transeúntes se dieran cuenta de lo que se estaba convirtiendo el frontis de su local comercial de venta de almuerzo, en 18 de Septiembre entre Gallo y San Martín.

Esa vez y aburrido de que la gente lanzara desperdicios a un agujero (taza para la futura instalación de árboles), creó un letrero de cartón, en el que se desahogó con una serie de insultos y hasta una salida de madre, para que la gente tomara conciencia y dejara de utilizar ese tramo como basurero.

"Me aburrí, porque mi local es chico, pero vendo comida, pollos a las brasas para llevar, entonces esto se llenaba como a las 12 o una y los clientes se daban cuenta de todos los desperdicios que tenían a la salida", cuenta.

"No sé si ha pasado más allá, pero algún día se va a caer alguien y ahí vamos a tener que ocupar el término preocuparse por no ocuparse", agrega.

El cercado con la huincha "peligro"

En total son 10 las tazas creadas en medio del proyecto de remodelación de aceras del Serviu, de las cuales según informaron, estarían a punto de instalarse las especies arbóreas.

En tanto por la nula protección que tiene su contorno, el mismo Servicio emanó que el día de la construcción de estas tazas, "se instalaron cintas con la mención 'Peligro', aunque desaparecieron producto del robo", explicaron.