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Inclusión laboral en la región:

Una tarea pendiente, pero con grandes ejemplos de superación

De a poco se empieza a hacer conciencia de que se puede reintegrar al mundo laboral ariqueño a las personas con discapacidades y adultos mayores.
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Arica tiene, de acuerdo a las últimas cifras del INE 78 mil 230 personas en su fuerza de trabajo, pero de acuerdo al Sence, sólo hay 8 personas en condición de discapacidad trabajando en las diversas empresas de la región. En su mayoría, ellos son ex alumnos de cursos del programa Más Capaz Discapacidad del organismo.

Y es que luego del paso el miércoles recién pasado, de la Gira Teletón, Arica tiene un horizonte dispuesto para trabajar por la inclusión, más cuando se trata de un desafío que se visibiliza.

Por ello, José Zúñiga, seremi del Trabajo, dice que hay mucho por hacer en Arica sobre la inclusión laboral y falta aún más conciencia en nuestra sociedad. Pero los testimonios de esforzados ariqueños dan cuenta de cómo se ha estado avanzando.

Reinserción

Uno de esos casos es el de Carlos Lorenzo, el cual trabaja en atención de público en Tiendas Paris.

Lorenzo, en el 2010, por una afección cerebral quedó con problemas de sicomotricidad, por lo que estuvo siete años sin trabajar, pero gracias a un curso del Sence, pudo hacer su práctica e insertarse laboralmente.

Antes del accidente se dedicaba a lo mismo, como es la atención de público y clientes, en una empresa que prestaba servicios a Emelari.

"Después de un tiempo con mucho apoyo de mis padres, me sentía con ganas de volver a integrarme al mundo, por decirlo así y por internet comencé a ver si había cursos, posibilidades de trabajar y allí salió esto, postulando y estando en práctica como un mes acá mismo", expresó el ariqueño.

Con cerca de seis meses trabajando en atención a público, señala que al principio "pensé que iba a ser más difícil volver a trabajar, pero no ha sido así y la gente, mis compañeros me han apoyado bastante".

Respecto de su grupo familiar, compuesto por sus padres, su hermana y una hija, comenta que "siempre he trabajado y al verme ellos durante un tiempo en la casa, fue algo chocante y para mí también fue duro".

Sobre su futuro, espera seguir trabajando y recuperarse lo más posible, además que por su experiencia "me di cuenta que hace falta que más empresas apoyen y además, lo más importante es que la misma persona se atreva y no se deje estar, y no crea que por ser una persona con cierta discapacidad tenga que poseer privilegios".

Un ejemplo

En el supermercado Unimarc, Rolando Jiménez Cáceres, con sus 75 años de edad es un gran ejemplo de inclusión laboral, política que desde hace mucho tiempo lleva adelante y apoya la empresa de servicios.

En su caso, él trabaja en el módulo de atención al cliente, superando algunas limitaciones físicas en sus piernas.

Nacido en Arica, curiosamente conoció a su esposa (nacida en Santiago), en Tacna en un 28 de julio, aniversario del Perú, y luego ambos formaron su hogar en esta ciudad, después de vivir un tiempo afuera. Durante mucho tiempo tuvo a cargo una revista de turismo con distribución en Perú, Bolivia y Chile.

Su llegada al Unimarc ocurrió cuando postuló mediante un aviso para servicio del cliente y luego allí lo capacitaron.

Javier Gallardo, encargado de personal de la firma, contó que el 2013 para abrir la sucursal de Santa María hicieron un llamado a través de Omil (Oficina de Intermediación Laboral) y tres meses después tuvieron que implementar personal en el Unimarc de la rotonda Saucache.

"En la empresa estamos muy enfocados en la inclusión laboral de adultos mayores y buscamos para ellos áreas no muy complejas, por el tema del esfuerzo y don Rolando está en Atención al Público, donde se puede desarrollar sin problemas", explica.

Rolando Jiménez dijo que "esta oportunidad laboral me abrió todo un campo de oportunidades que agradezco, sobre todo a mis jefes, porque me he adaptado muy bien. Estoy contento y lo mismo mi familia, donde tengo tres hijos, uno de ellos que es tenor y está pronto a viajar a perfeccionarse a Alemania".

Randall Iriarte (34) es otro de los casos ejemplares de inclusión laboral de personas con necesidades educativas especiales, trabajando en la sección de bodega de Tiendas Paris.

Según cuenta, entró a la empresa luego de un curso Sence, cuando pensaba que no iba a poder hacerlo, pero ahora está sacando hasta su cuarto año medio. Va a cumplir dos años en su trabajo y señala que "todos están contentos, porque puedo trabajar y estudiar, ayudando a mi familia formada por mi madre, y hermana".

Randall espera seguir progresando y estudiando más cursos, porque todo esto "tiene muy contenta a mi madre y mis jefaturas".

En cuanto a su trabajo en la sección bodega, aseguró que "me llevo muy bien con mis compañeros, sin ningún problema y nos apoyamos entre todos".

Falta conciencia

No obstante estos ejemplos de inclusión laboral, David Beyzaga, director de Secam, organismo técnico de capacitación que desde este año se hizo cargo del programa de seguimiento y colocación de personas en situación de cierta discapacidad en el campo laboral, cuenta que todavía falta mucha conciencia en las pequeñas, medianas y grandes empresas de la necesidad de incorporar y dar oportunidades laborales a quienes tienen algún grado de discapacidad o limitaciones físicas.

"En casos como el curso Sence Más capacitación, los postulantes deben acreditar que tienen un grado de discapacidad con los organismos correspondientes y se hace el proceso de capacitación con las personas que acompañan todo el proceso", explicó Beyzaga.

Lo que sí advierte el director del instituto es que todavía falta mucha conciencia de las empresas para acoger estos programas e inserciones laborales de las personas en situación de discapacidad o limitaciones, siendo que en la práctica responden muy bien en el trabajo.

Otra observación del director del Secam, es que "la nueva ley de inclusión sólo establece que el 1 por ciento de los trabajadores de las empresas deberá considerar gente con alguna discapacidad, lo que para el caso de regiones como la nuestra no es muy bueno, porque acá no son muchas las que tienen una gran cantidad de operarios".

Mientras que la sicóloga ariqueña Valeria López Mora manifestó que "el impacto de estas capacitaciones y posterior inclusión laboral es enorme, porque muchas de estas personas antes ni siquiera salían de sus casas y también los familiares eran muy aprensivos".

Asimismo, también resaltó que esto significa un aporte para sus familias, donde incluso completan hasta sus estudios.

La nueva ley

En lo que respecta a la ley de inclusión, el seremi del Trabajo, José Zúñiga, explicó que "la nueva ley de Inclusión Laboral exige la reserva del 1% de empleos para personas en situación de discapacidad, en empresas públicas y privadas con 100 o más trabajadores y trabajadoras".

El personero comentó que "todavía faltan los reglamentos, pero esta ley entrará en vigencia a más tardar en diciembre de este año y es uno de los compromisos cumplidos del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y sitúa a nuestro país en el cambio cultural de la no discriminación, equidad y protección social".

Reconoció que hay otros países que tienen un porcentaje mayor de integración de estas personas al campo laboral, del 2 o más por ciento, "pero Chile buscará ir mejorando los porcentajes", añadió.

El seremi comentó que se procedió durante el mes de octubre del presente año a realizar un diálogo y consulta ciudadana sobre los reglamentos asociados a esta ley, promulgándose durante el presente mes.

Destacó, además, el papel del Programa Más Capaz que permitió capacitar a más de 10.000 personas en situación de discapacidad a nivel nacional. En la región esta cifra llegó a 173 personas. Pero de ellas sólo 8 están trabajando.

La nueva Ley de Inclusión Laboral tiene por finalidad promover una inclusión laboral eficaz de las personas en situación de discapacidad, tanto en el ámbito público como en el privado.

Además prohíbe toda discriminación hacia personas con discapacidad y éstas contarán con garantías en los procesos de selección laboral del Estado.