La familia que decidió dejarlo todo para recorrer el mundo
Antonio y Cecilia llegaron desde Talca en una micro acondicionada como motorhome.
Antonio Carrasco (33) confiesa con sinceridad, que hace algunos meses él pasaba sus días sobreviviendo. "Ahora vivo la vida, la disfruto", dice con convicción. Aburrido de la rutina y la monotonía, este profesor talquino decidió vender gran parte de sus cosas e invertir los ahorros para habilitar una micro como motorhome o casa rodante ¿El plan? Recorrer el mundo junto a Cecilia, su esposa; Santiago y Facundo; sus hijos y Lucky, su perrita.
"Trabajaba como inspector en un colegio. Llegó el día en que me di cuenta que el tiempo avanzaba sin dejarnos nada. Así que discutimos la opción con la Ceci y decidimos vivir en plenitud, pasando más tiempo como familia", cuenta.
La idea de vivir en unas eternas vacaciones, sedujo a la joven pareja. Cecilia recuerda que cuando su marido le planteó la idea de venderlo todo para viajar por el mundo, ella no lo tomó en cuenta.
"Pensé que era una locura, así que no le di mayor importancia. Después investigamos cómo sería hacer algo así y terminé apoyándolo".
La micro que habilitaron ellos mismos, servía para el transporte de pasajeros, específicamente, trasladaba a evangélicos a sus prédicas. Así que tuvieron que implementarla, sacando sus asientos y dejándola con todo lo necesario para que sirviera de refugio a la hora de recorrer nuevos lugares. En esta tarea demoraron un año y medio, el que dio como resultado un vehículo acondicionado con camas, comedor, cocina y baño.
El colegio y otros menesteres
Los Carrasco Parra llevan cuatro meses en travesía. Partieron en su natal Talca, llegando hasta Arica hace algunos días. De acá, el periplo continúa hacia Perú, Ecuador, Colombia y quién sabe dónde más.
Santiago, el hijo mayor, de ocho años, estudia con sus padres dos veces a la semana y dará exámenes libres a fin de año. Facundo, de tres, aún no va a la escuela.
Respecto al financiamiento que necesitan para viajar, confiesan que gran parte sale de lo que vendieron. Además, Cecilia comercializa productos que fabrica a crochet como carteras, atrapasueños y aros. "También revendemos cosas que vamos adquiriendo en los diferentes lugares que recorremos". Y nunca falta la gente de buen corazón que en el camino les regala agua, los invita a almorzar o les ofrece lavarles la ropa.
Así transcurre la vida de este grupo familiar. Un plato de arroz con vienesas y un vaso de bebida son el almuerzo ideal. Por otro lado, las duchas en la motorhome son rápidas e incómodas, pero no hay comparación con lo que ganan tras cada kilómetro recorrido.
Lucky es un tema aparte. La mascota de seis años incluso se les perdió en Chiu Chiu. Después de mucho buscarla, la familia decidió continuar con el viaje, yendo hacia Bolivia. En un momento decidieron volver a seguir buscándola. Y la encontraron.
- ¿Y qué les ha parecido Arica?
- Es muy distinto a Talca, que es una ciudad fría. Acá el clima es súper agradable y tienen lindas playas, es una ciudad con mucha historia. Nos ha gustado bastante.
- ¿Y cuándo retornan?
Sólo queremos viajar. Nos sentimos vivos y felices. Nuestra vida no es monótona como antes, vivimos con austeridad, pero felices.