En la recta de las elecciones, comienzan a aumentar el número de "ofertones electorales". De alguna forma están muy alejados del fin de la política, comprendida dentro de parámetros Republicanos de resguardo del balance de poder, Estado de Derecho y resguardo de las libertades de las personas.
En si hemos llegado a un estado de politiquería en donde la República no es tema de debate, mesias autodenominados y candidatos que hablan del "voto útil" por sobre las convicciones y principios que, suponemos, en algún momento señalaban defender, atentando contra la libre determinación y sentido de la política.
Así llegamos a indicios de una demagogia, con órdenes de partido, peleas por la fotografía del momento, hablando de "ahora no nos equivocaremos" y que se "harán los cambios que Chile necesita".
El peligro del "voto útil" es precisamente que fomenta el peor de las prácticas totalitarias, nos encamina hacia "mesias" sin crítica, quitando la importancia a la voluntad ciudadana y la esencia de la República. El pragmatismo en política es politiquería, eso necesariamente nos lleva a demagogia y al fomento de un populismo que va en contra de los principios esenciales de la República de Chile, es necesario que nos inspiren a volver a creer en principios y convicciones que son de trascendencia.
Son las instituciones
Decía Karl Popper que lo importante en la política no es quienes gobiernan sino que instituciones nos protegen de potenciales malos gobiernos. En ese sentido, qué tipo de instituciones rigen una sociedad es clave en su prosperidad, tal como lo han intentado demostrar Daron Acemoglu y James Robinson en ¿Por qué fracasan los países?.
Actualmente, sin embargo, parece valorarse más la supremacía del personalismo por sobre los arreglos institucionales. Esto va en contra de los elementos que permitieron el surgimiento de sociedades abiertas marcadas por la libertad política y la prosperidad económica, sobre todo en Occidente.
El auge del populismo sería un claro indicio de este deterioro. Y es que las instituciones pueden degenerar, tal como plantea el historiador Niall Ferguson, quien es el invitado principal del quinto aniversario de Fundación para el Progreso, a celebrarse en noviembre.
En el caso de Chile, nuestros debates políticos vuelven a estar marcados por el claro predominio del personalismo.
Poca atención se coloca al rol de las instituciones, como el estado de derecho, el derecho de propiedad o la ética del trabajo.
Por el contrario, se las desprecia promoviendo medidas en su contra, de manera totalmente irresponsable, a través de legislaciones absurdas y reformas radicales, cuyos resultados terminan siendo desastrosos.
Francisco Sánchez , Historiador
Jorge Gómez Arismendi