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"Stranger things": un banquete de nostalgia

La segunda temporada llegó esta semana a Netflix y el fanatismo explotó una vez más. Un emblemático actor de "Los Goonies", nuevas referencias al cine de los 80 y una mayor dosis de oscuridad potencian la fórmula.
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No viene al caso analizar aquí las razones del avasallador éxito de "Stranger things", pero no podemos ignorar dos factores que la favorecen: el aval de Netflix (aunque la serie más cara de la compañía, "The get down", dirigida por Baz Lurhmann, no tuvo éxito) y las referencias continuas a ciertas películas ochenteras que calaron hondo en la infancia de los espectadores que ahora tienen entre 40 y 50 años de edad. Gracias al revival de los códigos estéticos de esos años (por directores como J.J. Abrams o Nicolas Winding Refn), la apuesta ha sido capaz también de convocar a una audiencia más joven. Digamos que "Stranger things" -ambientada en los años de Ronald Reagan- no lanzó la primera piedra sino que se colgó de una industria de la nostalgia que ya veía operando en el mundo de la televisión, el cine, la música y la moda. En este segundo ciclo, sin embargo, los guiños al cine fantástico de hace 30 años parecen aún más forzados. Uno de ellos es la incorporación al elenco de Sean Astin ("Los Goonies", 1985) como el novio nerd de Joyce Byers (Winona Ryder). Hay otros nuevos secundarios que se suman como una niña nueva que se integra a la pandilla y su hermano adolescente, diseñado al estilo de los galanes rebeldes de la época como Michael (Jason Patric), de "Generación perdida" (1987). A todo esto agreguemos un monstruo doméstico adoptado por Dustin ("Criters", 1986; "Gremlins", 1984), revelaciones sobre el origen de Eleven (Millie Bobby Brown, estrella indiscutible de la serie), insistencias sobre la maldad de los científicos (los mayores enemigos de "E.T.", de 1982), un mayor grado de oscuridad a la hora de incursionar en la "otra dimensión" y una nueva carga de expresiones faciales de parte de la sobreactuada Winona Ryder.

Lo mejor de "Stranger things", no obstante, sigue siendo su factura, la forma en que replica los 80 desde la era de la alta definición gracias a un minucioso trabajo de arte. También las atmósferas musicales sintetizadas logradas por Kyle Dixon y Michael Stein, además de un desfile de objetos -de bicicletas BMX a chaquetas "Members Only"- que componen una suerte de catálogo extinto que ya no encontramos en el mercado. Ahora bien, no es fácil escribir sobre una temporada completa sin spoilear. Solo diremos que la estrategia de maximizar elementos (personajes, subtramas, efectos) atenta contra lo más interesante que tenía el primer ciclo: la historia de un grupo de amigos enfrentados a lo sobrenatural. Ese elogio a la amistad, que encontrábamos en la obra de Steven Spielberg o en la inolvidable "Cuenta conmigo" (1986), es lo que hacía que esas películas nos resultaran tan entrañables. Podíamos identificarnos con esas historias de suburbios, imaginarnos como héroes de una gran amenaza, renovar la camaradería de la infancia a través del cine. Lo fantástico parecía formar parte de nuestras vidas.

"Stranger things" sumó a sean austin ("los goonies") como novio de joyce byers (winona RYDER).

los hermanos duffer.


en resumen

Los hermanos Matt y Ross Duffer, creadores de "Stranger things", que habrá una tercera temporada. Son escritores, guionistas y su ópera prima fue el thriller "Escondido" (2015).

Por Andrés Nazarala R

jackson lee davis/netflix