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Monge y la violencia más honda

Con los cuentos de "La superficie más honda", el escritor mexicano Emiliano Monge vuelve a hurgar en la brutalidad de una sociedad que desconfía de todo y usa esa misma rudeza para soportar sus cataclismos.
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Una amiga de toda la vida de la esposa del mexicano Emiliano Monge perdió todo hace un mes. El edificio completo donde vivía se derrumbó en el terremoto del 19 de septiembre. La mujer tomó a sus hijos y llegaron con lo que tenían puesto a la casa del autor de "La superficie más honda" (Literatura Random House). Hoy siguen ahí. Recién esta semana los niños volvieron a clases.

"Todo ha sido muy raro", dice Monge, sentado en el mismo estudio donde lo sorprendió el sismo y que desde esa fecha ha sido su refugio para seguir la contingencia por internet.

-A Juan Villoro lo pilló nuestro 27F, 8.8 Richter, en Santiago, y escribió: "Es fácil recelar de quienes hacen teorías exprés ante los escombros. ¿Hasta dónde es posible reconstruir la experiencia del espanto sin distorsionarla con argumentaciones ajenas a lo que se vivió como caos y marasmo?".

-Parece que lo hubiera escrito después del terremoto que pasó acá y ver el trabajo de Televisa.

-¿Cree que los medios pudieron contribuir a la sicosis que derivó en saqueos y balaceras?

-Aquí eso no pasó. Es la primera vez que sucede algo tan importante en México donde los medios tradicionales quedan bastante orillados.

Las noticias se difundieron internet y Twitter fue el principio básico de organización en los días siguientes al temblor.

Monge dice que la reacción frente a la catástrofe le indica que la sociedad mexicana no está tan acabada. Harto de la corrupción, el escritor que probablemente más se ha adentrado en la violencia local en su generación, ya no confía en la clase política. Aunque no tenga chance de triunfar en las presidenciales del 2018, su candidata es María de Jesús Patricio, del Congreso Nacional Indígena, "porque no va a ganar ni lo pretende, sólo quiere demostrar que hay otra forma de hacer política".

-En los cuentos de "La superficie más honda", varios personajes sufren por la fragilidad de las reglas del juego en México.

-México es un país sin reglas del juego. Había un contrato social que caducó y ahora hay una supervivencia y quizás reglamentos diversos, según la región, según el poder dominante real en una zona. Cualquiera puede voltear el tablero como hacíamos de niños cuando estábamos jugando e íbamos perdiendo.

-¿Por eso sus personajes reniegan del conducto institucional para enfrentar el miedo y la violencia?

-No es que renieguen, es que no existe. México es un país donde el Estado no controla altísimos porcentajes del territorio, que son gobernados por el crimen organizado y por el narcotráfico. Pero no hay una negación frontal.

Es simplemente actuar obligados por el vacío de la legalidad y la legitimidad. La violencia ha permeado todo. Hace mucho tiempo que en México la gente pasó de estar viviendo a estar sobreviviendo.

-¿Ve que esta violencia se expande por América Latina?

-Por supuesto. "La superficie más honda" hace referencia a la violencia, pero no frontal. La violencia es más un ecosistema, una especie de bruma que lo rodea todo y que entonces modifica las reglas del juego, el inconsciente es secuestrado completamente por ella.

Además, sabemos que en cualquier momento la violencia puede aparecer de la nada y que la primera de todas no es la que sale en la primera plana perpetrada por el crimen organizado: la violencia más profunda en Latinoamérica es la desigualdad. No hay mayor violencia que la desigualdad y somos un continente profundamente desigual.

Emiliano Monge

Random House 254 páginas

$12.000


"La superficie más honda"

Alejandro Cruz Atienza