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Madrugan para alcanzar un número y acercarse a sus sueños

Las colas se han hecho habituales para los migrantes que tienen que aguardar más de cinco horas para resolver su situación legal.
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El cielo todavía estaba negro, el silencio era la misma ciudad. A la distancia se escuchaba uno que otro perro ladrando y en medio de las calles vacías, personas de diferentes lugares se empiezan a aglomerar, para iniciar una fila que por más de cuatro horas no se mueve y que por un día representa la oportunidad de seguir soñando en este país.

Geovanny Intriago es el tercero de cuatro hermanos, pero desde que murió su padre asumió la responsabilidad de su madre y su hermana menor. Hace un mes y medio llegó a Arica y no ha parado de soñar. Hoy él representa la cara de muchos migrantes que se vienen a Chile a construir realidades a punta de esfuerzo y muchas veces de estigmatizaciones por parte de los residentes.

"He venido por trabajar, por una mejor oportunidad. Por mí, por mi familia. Entonces, para realizarme más vengo con un título de ingeniero, pero ando como técnico", explica Intriago.

En el departamento de extranjería y migración, las caras largas, los bebés llorando mientras esperan, las personas entrando y saliendo, son el panorama habitual.

"Recién estoy comenzando a hacer el trámite, pero bueno, digamos que todo se demora y uno está pagando por un servicio, pero si pienso que para uno estar sentado en una oficina, tienes que tener valores humanos".

También estudio

La búsqueda de mejores oportunidades llama la atención de los extranjeros en Chile y sobre todo en Arica, ciudad que se está abriendo a nuevas posibilidades, todo depende de cada persona que toca el territorio.

Al igual que Geovanny, muchos migrantes incluso vienen no solo a trabajar, sino a estudiar. Este es el caso de Pedro Tomás Cortez, joven limeño de 19 años, quien desea hacer una carrera técnica en la ciudad para poder trabajar. "Quiero ser alguien, por eso quiero estudiar algo técnico, porque actualmente se está moviendo mucho lo de la industria", dice el joven.

El sol ya está encima, el ruido y la conmoción ya ha tomado las calles. Luego de ser atendido, sólo queda completar la papelería y esperar. La búsqueda de la permanencia es todo un reto por eso después de casi un día en el edificio solo queda el silencio. Cada una de las personas sólo van saliendo.