Atento, Roswell: experto relata 3 casos de Ovnis y su relación con Arica
Un objeto brillante a 1400 km/hr. al lado de un avión y el extraño relato del Cabo Valdés, entre los casos que aparecieron ayer en el seminario del representante de la DGAC en la UTA.
En 1997, un extraño fenómeno registrado en Chacalluta y cuya explicación aún es digna de estudio, obligó a la Dirección General de Aeronáutica Civil a crear el Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos (CEFAA), con la idea de invertir más tiempo que recursos, en indagar el complejo tema de los objetos voladores no identificados.
Ayer, y en la Sala Centenario de la UTA, el controlador de tránsito aéreo de la CEFAA, Gustavo Rodríguez, fue el encargado de desclasificar tres de esas historias más extrañas que se ha vivido a la fecha.
"una masa gaseosa"
Fue el 9 de junio de 1983, la primera historia que relata el profesional.
En ese entonces, fue la tripulación de un avión de la empresa pesquera Coloso, que realizaba faenas de reconocimiento, los que se toparon con una enorme luz.
Según narró en ese entonces el piloto civil Jorge Silva Bustamante, "estuvimos cerca del Ovni o como quieran llamarlo. Era una especie de plasma o masa gaseosa que brillaba. Perdimos comunicaciones y luego se reestableció", dijo.
A 1400 kilómetros
La noche del 2 de abril de 1997, el mismo año de la creación de la CEFAA, se reportó otro nuevo caso, luego de que un avión del Ejército despegara desde El Buitre, cuando al llegar a Chacalluta, la tripulación se topó con una luz que nunca quedó reportada en la torre de control. "Esa vez, la declaración del piloto apuntó a una luz amarilla muy brillante, que dejó a la aeronave por debajo; algo así como si fuera un poste", relata Rodríguez y que agrega que el propio piloto declaró que la luz en cuestión pasó al lado de su avión a 1400 kilómetros por hora.
El cabo valdés y su relo
Relato digno de estudio es el de los años 70 en Putre, cuando un cabo de apellido Valdés supuestamente desapareció con la llegada de un meteorito y reapareció sólo horas después con una enorme barba y las manecillas del reloj bien adelantadas. "Entrevistamos a un miembro de la patrulla que iba con el cabo y hubo contradicciones, como que el reloj no era de Valdés. Lo cierto es que el caso está en carpeta y es innegable que ha sido materia de estudio", dice el experto.