Exceso de velocidad
Durante el año 2016 se registraron en nuestro país 91.711 accidentes de tránsito, 76.564 de ellos -correspondientes al 83% del total- ocurrieron en zonas urbanas, es decir, la mayoría de estos hechos se desencadenaron en dentro de los límites de las distintas ciudades.
Un informe en laborado por el Ministerio de Transportes y dado a conocer ayer lunes por el diario "El Mercurio", mostró los resultados de un trabajo realizado entre septiembre de 2014 y enero de 2015. En dicho periodo, se midió el promedio de velocidad en las ciudades más grandes de nuestro país, trabajo que permitió conocer impresionantes datos respecto a la circulación de vehículos, en especial en vías rápidas.
En general cerca del 40% de los vehículos circuló a una velocidad mayor que el límite establecido para la zona urbana, que es de 60 Kilómetros por hora. Este hecho es más notorio cuando se trata de ciudades que cuentan con autopistas urbanas, que si bien tienen otro límite de velocidad, también es muchas veces superado largamente. Por ejemplo en la región metropolitana hay momentos en que se detectó vehículos recorriéndolas a más de 160 Kilómetros por hora.
¿Significa esto que el exceso de velocidad no es un problema en ciudades como la nuestra, donde no existen vías rápidas o autopistas? No, porque lo cierto es que hay avenidas en las que claramente la comunidad ha denunciado el exceso de velocidad con las que se recorren algunos conductores. De hecho, lamentablemente estas mismas vías son escenarios de graves accidentes, incluso fatales.
Es el caso, por ejemplo, de la avenida Capitán Ávalos, como también es el caso de Santiago Arata. Son dos ejemplos de avenidas en Arica en las que es posible observar vehículos circulando sobre la velocidad permitida.
En este momento, Chile trabaja en una norma que busca reducir el límite de velocidad urbano. Junto a ello se suma la incansable labor policial que persigue controlar y disuadir a quienes no respetan las velocidades razonables y prudentes. Sin embargo, nuevamente la principal responsabilidad recae en cada persona que se pone detrás de un volante.