Luego de los cuatro días durante los cuales se celebran las fiestas patrias, Carabineros dio a conocer las estadísticas de accidentes de tránsito, que en términos estrictamente cuantitativos, se transformaron en las menos trágicas de los últimos 15 años.

De acuerdo al informe policial, a nivel nacional se registraron 21 muertes por accidentes en rutas y calles durante los festejos patrios. El año pasado durante este periodo se tuvieron que lamentar 37 muertes en el tránsito. La cifra correspondiente al año 2017 se transforma en la más baja desde el año 2002.

Según Carabineros, la disminución de víctimas fatales en accidentes de tránsito durante estos días de fiesta se debe especialmente a la labor preventiva y fiscalizadora que realizó la institución.

En el caso de Arica destacar el hecho de que no se registraron accidentes fatales durante este periodo. La institución policial dio a conocer que hubo un total de 11 mil 941 controles vehiculares, se realizaron 2101 exámenes, y se logró la detención de 57 personas que conducían sus vehículos en estado de ebriedad y 30 bajo la influencia del alcohol. Lamentablemente, y a pesar de las advertencias, también se detuvo a 66 peatones que caminaban luego de haber ingerido alcohol, con los riesgos que eso conlleva.

Tal como ocurrió en el recuento nacional, en Arica también se registró un leve aumento de los accidentes de tránsito, en este caso uno más respecto del año pasado. Sin embargo todos estos hechos fueron de carácter leve y no se registraron víctimas fatales. Nuevamente Carabineros puso énfasis en el riguroso sistema de fiscalización que estableció en puntos estratégicos de la región, especialmente en calles y avenidas de Arica.

Claramente, la muerte de una persona no es una estadística. El estar comparando cifras de fallecidos jamás es un ejercicio agradable. Evidentemente menos para quienes sufren la tragedia de perder un ser querido en un accidente de tránsito. Pero es importante conocer y valorar el trabajo policial para prevenir estos hechos, como también la buena conducta y la conciencia de quienes van detrás del volante en días festivos.

22 de septiembre de 1979

Los cadetes de Deportes Arica golearon a Deportes Iquique por 4 a 1 en el cuadrangular organizado por la Asociación Central de Fútbol. Destacan valores como Héctor Moscoso, Alex Castillo, Catata Molina y Eduardo Vicentelo, entre otros.

22 de septiembre de 1986

Una misa en recuerdo del destacado reportero gráfico Luis Daroch Machuca se llevó a cabo en la Catedral San Marcos de Arica con asistencia de familiares, amigos y trabajadores del diario La Estrella.

El club San Marcos está en una difícil situación por lo que nuevamente hay una Aricatón para salvar la existencia de una entidad que ha dado penas y alegrías, pero que mantiene vivo el fútbol profesional.

A propósito de las recientes fiestas patrias, donde la ocasión da para muchos brindis, degustaciones criollas y largas conversaciones, con un interlocutor se planteó el tema que la cueca -la que aparte de no congregar para la mayoría las destrezas necesarias para su correcto baile- estaba un poco alejada de las reuniones dieciocheras y que su débil raigambre estaba prácticamente en retirada. Por supuesto que ello llama la atención y a la preocupación, pues nos encontramos frente a un concepto de identidad social y cultural.

Ahora, si bien es cierto que la cueca tradicional, es decir la que desde pequeños escolares conocemos y aprendemos en su temática y estética estructurada, fundamentalmente de campo ("Chicha de Curacaví"), de vida huasa ("El Guatón Loyola") o de descripción paisajística ("Lagos de Chile") trata de perdurar, sólo aparece en estas fiestas y como parte integrante del currículum de programas educativos; su conocimiento y práctica lamentablemente se diluye en el tiempo. De esa manera la cueca como expresión nacional tiende a minimizarse.

Allí, sin duda, estamos frente a una gran falencia y ello tal vez, no es responsabilidad de las políticas educacionales o culturales o de defensa del patrimonio, sino más bien una crisis de identidad de la cual todos somos responsables. Como sociedad hemos fallado ante la pésima costumbre de mirar y admirar lo externo, desdeñando lo nuestro.

Sin embargo, observado algunas crónicas y programas culturales televisivos nos hemos dado cuenta que se está generando un brote más abierto de expresión en estos términos. Se trata de la llamada cueca brava, o cueca chora o también, cueca urbana, de notable aceptación y cultivo en la juventud.

Como sea, en el salón o en la fonda, en la picada o en mall; con guitarra y arpa, o con pandero y platillos es necesario recuperar y bailar nuestra cueca.