Solicitudes y sensibilidades
El fiscal regional de la zona Metropolitana Oriente, Manuel Guerra, declaró que insistirá con la solicitud de información al Senado, respecto de las asesorías externas realizadas a la corporación entre los años 201 y 2016, luego que hace unos días enviara un primer requerimiento, el que fue rechazado desde el Congreso.
Los hechos se dan en el contexto de las diferencias que surgieron entre la Fiscalía y el senador -y hoy candidato Presidencial- Alejandro Guillier, debido a asesorías encargadas que contendrían copias de información disponible en la página del mismo Senado.
Guillier fustigó al organismo persecutor apuntando a los supuestos incentivos que tiene para sus investigaciones, a lo que la Fiscalía respondió que los dichos afectan sin base la reputación de los fiscales en Chile. Hoy el mismo organismo quiere conocer los detalles detrás de estas asesorías, algunas de las cuales pueden costar hasta millones.
Sin embargo, desde el Senado también la respuesta apuntó hacia la calidad del organismo. El presidente de la Comisión de Ética Hernán Larraín declaró que "los fiscales están yendo demasiado lejos", mientras que el presidente de esta corporación, Andrés Zaldívar, manifestó que la petición de la Fiscalía "no estaba ajustada a los términos que se debe hacer. Es delicado". Está claro que en el Congreso se reconoce a sus integrantes como parte de uno de los poderes del Estado. Son honorables. Para la Fiscalía, no está en duda la "honorabilidad" de los mismos, sino que las características de las asesorías que reciben los mismos parlamentarios.
Lamentablemente, la clase política se encuentra ya bastante golpeada. Es algo que lo reconocen sus mismos integrantes y probablemente el año pasado, la evaluación positiva del Senado y la Cámara de Diputados bajó de los dos dígitos.
La situación que ocurre hoy con esta solicitud de la Fiscalía se da en un contexto político complicado. Pero más allá de las tensiones políticas, de las suspicacias, de las investiduras y los procedimientos, la clase política chilena debe seguir trabajando para recuperar la imagen que tanto ha retrocedido ya en el acotado porcentaje de chilenas y chilenos que la elige.