Hace más de dos años, en abril de 2015, se conocía que Arica se encontraba entre las cinco ciudades de Chile en las que más se utilizaba la bicicleta como medio de transporte. Es interesante ver que las políticas de Estado y las metas propuestas por el actual gobierno han permitido que el uso de este medio de transporte, esté lejos de quedarse estancado. Al contrario, los hechos muestran que ha aumentado.

El uso de la bicicleta hoy no es visto sólo como algo recreativo o deportivo, sino que también de una manera funcional. Así se ha entendido, por ejemplo, en Arica ciudad que hoy ya ocupa el segundo lugar en mayor flujo para una ciclovía en el país, con 457 pasadas diarias, en este caso, por la que se encuentra en Santa María, superada sólo por la ciclovía O'Higgins en la región Metropolitana, con 519 pasadas como promedio.

Es evidente que estos resultados hablan del buen trabajo y la efectiva medida en que se ha traducido la construcción del ciclovías para fomentar el traslado funcional de las personas, en una ciudad altamente congestionada, que tiene en promedio más de un vehículo por vivienda.

Sin embargo estos buenos resultados establecen nuevos desafíos y tareas a las autoridades, debido a la necesidad de seguir dotando de ciclovías a sectores altamente transitados por estos frágiles vehículos y que aún no cuentan con rutas especiales que brinden seguridad a los usuarios. En otras palabras, se ha logrado incentivar el uso de las bicicletas, ahora la idea es poder seguir entregando facilidades para que vecinos y vecinas de otros sectores de la ciudad también puedan pedalear sin problemas, no sólo por las actuales vías de Renato Rocca o Santa María.

Es el caso por ejemplo de la prolongación 21 de Mayo-Luis Valente Rossi, que es una avenida ampliamente transitada y utilizada por ciclistas, aun con la pendiente que posee, debido a lo estratégico de su trazado hacia distintos sectores residenciales.

Es una de las posibilidades que asoman para que Arica se siga ajustando al nuevo Plan de Movilidad Urbana que ha planteado el municipio y que privilegia la peatonalidad.

30 de agosto de 1980

Con mucha alegría, los estudiantes del Liceo A-1 de Arica están celebrando el noveno aniversario del establecimiento. Dentro de los festejos se contempla la elección de la reina, a cuyo cetro están postulando 44 señoritas, entre las que se encuentran las que posaron para La Estrella.

A la canción The Beautiful People de Marilyn Manson que aparece en un informativo del Pedze, ahora se suma La Bilirrubina, de J. Luis Guerra, inserta en un comercial de la S. de Salud, con letras para prevenir un infarto. ¡Estamos creativos!

Cuando terminé de caer, vi el zapato. Me lo puse en el pie izquierdo. No por ser de ese lado; sino porque era el único que tenía descalzo. Era del mismo número, pero diferente color. Me acerqué entonces a la ventana. Desde allí contemplé mi cuarto. Mientras observaba los posters, fotos y algunos diplomas, vi que se abría la puerta e ingresaba yo. En algún momento ese yo, que no era yo -ya que me asiste la total certeza de que yo soy yo- se acercó a la ventana, desde donde lo miraba, y se quedó mirándome, mirarlo.

Decidí buscar una segunda opinión antes de sacar una primera y apresurada conclusión. La persona a quien pedí ayuda, luego de mirar, describió su propio cuarto y dijo verse sentado en su propia cama. Seguí bajando, sintiendo pasar el cielo grisáceo bajo la suela de mis zapatos, y el granito de los escalones congregarse sobre mi cabeza. En tanto descendía, un cardumen de peces subía por el lado contiguo a la pared; no sé sí huyendo del gato negro y escuálido que venía detrás, o persiguiendo al felino negro y gordo que los precedía. No le di importancia, estaba oscureciendo, y de noche -claro está- todos los peces son iguales. Al salir la luna, entró el sol.

Subí al tren verde que hacía sonar el silbato anunciando su partida, pero debí apearme al notar que los rieles no eran otra cosa que cubos de azúcar alineados hasta el infinito, y que los vagones habían echado raíces en la estación. Continué descendiendo, llevando conmigo parte de la línea férrea, para endulzar el camino. Estaba decidido, al llegar a Egipto alquilaría una pirámide con vista al Nilo, para instalarme a vivir por nunca jamás. Me seduce que los nativos midan el tiempo con artilugios de arena y, hasta donde yo sé, allí sobran las dos cosas. Aunque la carencia de agua, y los cocodrilos sagrados, podría ser un problema, me gustaría tener un huerto, dicen que los dátiles se dan bien por allá. Debo apresurarme, tengo que llegar antes de que Colón descubra España y los alquileres se vayan a las nubes. La globalización... ya saben.