Los últimos fines de semana en que ha habido festivos han marcado alentadores resultados en términos policiales, cuando se trata de evaluar la ocurrencia de accidentes de tránsito, y más cuando se habla de fatalidades en este tipo de hechos. No es grato hablar en términos estadísticos cuando se trata de la vida o la muerte, pero no se puede dejar de reconocer que es importante tener muy claras las dimensiones de un fenómeno que resulta catastróficos y que es necesario disminuir de manera pronta y drástica.

En este sentido, La Estrella informaba hace unos días sobre la baja considerable que se han registrado de accidentes de mayor gravedad en Arica, aquellos hechos en el tránsito que por sus consecuencias y seriedad, terminan siendo investigados por la Fiscalía. La disminución fue de un 18% respecto del año pasado. También fallecieron once personas menos, en el mismo primer semestre comparado entre un año y otro.

Una razón de estas bajas tiene que ver con el aumento de los controles policiales, según argumenta carabineros. Muchas veces estas fiscalizaciones son resistidas incluso por los conductores que suelen tener un limpio historial de tránsito.

Sin embargo, estas iniciativas deben ser celebradas y apoyadas, especialmente por los automovilistas criteriosos, considerando que no todos quienes circulan por las calles lo hacen con la misma visión y con el mismo cuidado. Los resultados antes expuestos, respaldan lo necesarias que son estas acciones para el cuidado en las calles y rutas en general.

El solo hecho de mantener este tipo de acciones contribuirá a enseñar y también a disuadir a los conductores que no saben que la conducción temeraria es peor que jugar con un arma de fuego. En tal caso, si se le escapa un tiro en un lugar medianamente concurrido a quien manipula un arma, es muy probable que hiera a una persona.

Si a un conductor se le escapa el auto en el mismo lugar, con toda seguridad no será uno el herido, sino muchos. El conducir requiere mucha responsabilidad y conciencia

Son tiempos de elecciones y uno está acostumbrado a escuchar todo tipo de alegatos en pro y en contra del gobierno saliente; por lo que acusaciones y desmentidos van y vienen en todo sentido. Que el gobierno hizo esto y no lo otro, que la economía está por los suelos - aunque los malls y los restaurantes están llenos - que la educación está más mala que nunca, que la salud está peor y que la delincuencia se ha tomado el país y está haciendo de las suyas, sin que se tomen medidas para controlarla.

Hasta ahí, todo se parece una película que ya antes vimos y cuya secuela probablemente no será muy diferente del filme que está por terminar. Salvo, que las fuerzas políticas, en forma voluntaria y espontánea establezcan las condiciones para que el país avance y sus habitantes vean la diferencia entre la hipocresía del presente y la anhelada sinceridad de intención a que todos aspiramos desde hace ya mucho.

La mejor oportunidad para impulsar esta nueva actitud, es transparentar las políticas nacionales, entre las que se cuenta la anunciada pérdida de trescientos mil empleos en los próximos diez años, como resultado de la modificación al nuevo sistema de pensiones. Una situación que además de contradictoria, a mí me parece incomprensible e inmoral.

Explicaciones para tan descabellada propuesta podrá haber muchas, las que seguramente serán defendidas por los aspirantes al congreso y los candidatos presidenciales, sin embargo - se lo doy firmado ante notario - ninguna será satisfactoria, a menos que vaya en forma ética y solidaria a la raíz del problema, que de suyo es económico.

La tarea será difícil, ya que el gobierno y la oposición estén de acuerdo respecto de la inevitable caída en el empleo, para financiar las "mejoras " al sistema de previsión, lo que no es tal.

Al respecto tengo algunas ideas, que creo van a ser parte del razonamiento de base para la intentar una explicación donde prime la responsabilidad y no la conveniencia política. Sin embargo, por razones de espacio, me abstendré de explayarme por ahora.