La Fiscalía de Arica junto a Carabineros se encuentran trabajando en base a nuevas pistas de los autores del ataque que sufrió el monumento a los Héroes del Morro, que se encuentra al pie del peñón histórico. El ataque quedó al descubierto la mañana del 11 de julio, cuando los cuatro bustos de la Avenida Comandante San Martín fueron hallados sin sus cabezas.

El hecho generó indignación en la comunidad. Y es que más allá de las consideraciones históricas o valóricas que existan detrás de este monumento a los Bravos del Morro, es preocupante la falta de respeto por los monumentos públicos de la ciudad.

Un breve recorrido por distintos puntos de Arica, permite ver el estado en el que se encuentran muchas estatuas y esculturas que han sido levantadas por las más diversas motivaciones y homenajes. Rayados, destruidos, intervenidos, esa es la tónica de la gran mayoría.

Por ejemplo, muy cerca de los mismos bustos destruidos de los Bravos se encuentra el monumento del Parque Vicuña Mackenna, que constantemente permanece sucio o rayado. Se trata de una zona de enorme valor turístico y patrimonial, y de ahí la natural preocupación que surge ante este tipo de atentados y en general, el desprecio que pueda haber de los bienes públicos.

No se trata simplemente de que el municipio o los organismos pertinentes intensifiquen su trabajo de limpieza, reparación o hasta de vigilancia. Se trata del nivel de aprecio y respeto que la comunidad en general tiene por su patrimonio, por sus bienes, por aquello que mostramos y ofrecemos a quienes nos visitan, y por el respeto que cada uno de nosotros debe tener por su vecino y por la ciudad misma.

Se debe reflexionar en torno a una realidad como ésta. La intención clara de destruir, de "afear", de perjudicar aquellas obras y bienes públicos que pueden hacer de Arica una ciudad más atractiva, más cómoda y digna.

Aquella comunidad que se siente violentada por este desprecio que algunos manifiesta a Arica, espera los resultados de una investigación difícil que permita conocer las circunstancias en las que ocurrió este atentado.

Una interesante noticia es la orden de demolición de 12 loteos en Azapa publicado en La Estrella el 20 de julio pasado, emanada por la Corte de Apelaciones, pero esta información puede generar un importante precedente, ya que dicho fallo podría tener un alcance más grande del que se cree, lo anterior porque en el valle existen viviendas relativamente nuevas, pero que están vulnerando la ley.

Para comprobar esta afirmación es suficiente con observar donde comienza el sector "rural" (alrededor del kilómetro 1), para notar que los predios con destino agrícola están urbanizados sin ninguna vergüenza, donde lo único que se cultiva es la esperanza de los ariqueños que desean encontrar donde residir, pero que se vuelven cómplices de esta realidad.

Este es un tema relevante, ya que no se cumple la vocación de dichos predios, que además se presta para engaños, ya que estas viviendas no son en rigor de particulares, sino de un colectivo o sociedad, pero ¿qué pasaría si hay que expropiar para ampliar la carretera? ¿Qué ocurre con los servicios básicos? ¿Qué pasará si hay que vender?

Pero estas dudas no solo son válidos para Azapa, ya que basta recorrer la ciudad y ver que hay algunas viviendas o construcciones que deberían ser demolidas y que, en algunos casos, efectivamente tienen una orden de demolición pendiente, pero que siguen ahí, en pie, sin ejecutarse.

Existen ejemplos en el sector humedal, donde es difícil entender cómo funcionan algunos negocios o cómo recibieron los permisos respectivos. También se suman construcciones que están muy cerca de la línea del Ferrocarril Arica La Paz, más de lo que la norma permite.

Como Cámara creemos que es necesario analizar caso a caso, de manera que esto pueda ser regularizado legalmente, avanzando con miras a generar una mejor ciudad; porque construir Arica es obra de todos.