El 28 de mayo es un día que Andrea Vargas recordará para siempre. Fue un domingo cuando su marido sufrió un infarto. Más allá del problema de salud que le significó este evento, para ambos comenzó un verdadero calvario, marcado por la burocracia.
Al no existir un angiógrafo en Arica que permitiera realizar un examen al estado cardíaco del hombre, Andrea decidió partir por sus medios hasta Antofagasta, la ciudad más cercana a la nuestra donde se puede efectuar la evaluación. Tomaron un bus y al llegar se percataron de que el corazón de su marido estaba mucho más dañado de lo que se pensaba.
Andrea tuvo la "suerte" de poder concretar de manera oportuna el viaje al centro de referencia que le permitió salvar la vida de su marido. Sin embargo, 111 pacientes en Arica no tienen esta fortuna y esperan que una lista corra para poder acceder a un cupo y utilizar el angiógrafo que no existe en Arica.
"Se trata de pacientes que necesitan de un estudio coronario a la brevedad, porque están en una lista de espera desde hace más de dos años y muchos de ellos durante este tiempo se han reinfartado y han tenido complicaciones a raíz de la enfermedad", explicó Juan Ortega, cardiólogo y hemodinamista.
Para el 2018
Pablo Olivares sufrió un infarto en febrero. Según cuenta, en la lista de espera tenía hora para el 2018, por lo que decidió reclamar y realizar gestiones para que agilizaran su caso.
"Acá hay personas que llevan más de dos años esperando a que los manden a Antofagasta. Quizás ellos no tienen la oportunidad que tuve yo de reclamar mis derechos y siguen en la espera. Por eso sueño con que pronto tengamos un angiógrafo, ya que en 15 minutos nos solucionarían el problema y se disminuiría el riesgo", contó.
Efectivamente, el doctor Ortega explicó que se dan tres cupos por semana para el angiógrafo, lo que es insuficiente para la cantidad de pacientes que existen.
"Hay que considerar que cada semana llegan más pacientes con indicación de estudio coronario y por ende, es una lista de espera que sigue creciendo y muchos se siguen complicando, por lo que solo Dios sabe cuántos han fallecido en la espera".
Las señales
Para Segundo Covarrubias su medio de transporte es la bicicleta. De oficio conserje, todos los días acostumbraba irse pedaleando hasta su lugar de trabajo, hasta que comenzaron los dolores en el pecho y el cansancio. El primer diagnóstico que le dieron fue reflujo.
"El cansancio y los dolores fueron cada vez más intensos, así que fui a otro médico y me dijeron que tenía problemas cardíacos. No me ha dado un infarto y espero que tampoco me dé. Estoy esperando a viajar a Antofagasta pero estoy en el número 96 y uno nunca sabe lo que puede pasar", finalizó.
Proyecto en evaluación
Ximena Guzmán, directora del Servicio de Salud de Arica, explicó a La Estrella que hay un proyecto para que el Hospital cuente con un angiógrafo, y que luego de trabajar conjuntamente con las unidades de neurocirugía, cardiología y cirugía vascular periférica, se levantaron las especificaciones técnicas del proyecto, y el documento fue enviado al Ministerio de Salud". "Se aprobó la pertinencia técnica del proyecto, y ahora la etapa que viene, es que se evalúe su impacto social, lo que es entregado por otro ministerio. Estamos a la espera de ello, y con esa respuesta, el proyecto entra en la etapa de evaluación de costos para optar al equipamiento. Es un proceso largo, pero que ha ido avanzando".
Buscando la personalidad jurídica
El angiógrafo permite obtener imágenes del sistema vascular y además, realizar procedimientos terapéuticos para corregir algunas obstrucciones en venas y arterias. Por ello, la Agrupación de Cardiópatas de Arica urge la adquisición de la máquina. " Tenemos al especialista pero no tenemos el angiógrafo. Las autoridades no nos han recibido, por lo que crearemos nuestra propia personalidad jurídica para que nos atiendan. No podemos seguir perdiendo vidas", explicó Rodolfo Astete, presidente de la organización.