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El Tío Mario y su inextinguible lucha por volver al lápiz y al papel

El mítico personaje infantil habla del peor asalto de su vida, de su amistad con el Perro Chocolate y de por qué cree que una tablet en manos de un niño debería evitarse.
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1985 fue el año que dividió en un antes y un después la vida de Roberto Mario Melo Madariaga; temuquense, hombre de mundo y taxista por esa época en la capital.

Fue en esa época que tras ser asaltado y golpeado hasta decir basta, volvió a la vida, de la mano de un policía de civil que transitaba por el lugar de los hecho y lo auxilió.

Desde esa fecha, todo fue distinto para el hombre, conocido por todo el mundo como El Tío Mario, y que hoy usted encuentra entre las 9 y 14 horas en Bolognesi con 21 de Mayo, donde ofrece una serie de artículos didácticos y audiovisuales dedicados al aprendizaje infantil y a los primeros años de vida.

"Después de ese incidente, dije que lo mío no era ese mundo, ni trabajar tan expuesto a la noche y al peligro, como lo es un taxista en Santiago. Así que tomé mis cosas y partí a Osorno a dedicarme al espectáculo infantil", rememora.

"Llegamos y con mi entonces pareja nos disfrazamos de conejos. Íbamos a parques, cumpleaños y la gente nos quería harto".

- ¿Por qué se vino?

- Por una razón bien especial. En Osorno, si te ofrecen vino, bebida, galletas y cualquier cosa parecida y tú no aceptas, no pasa nada; pero si te ofrecen carne y leche, y no aceptas, son las penas del infierno.

- Yo que usted me quedo allá de una...

- Pero el asunto es que era tanta carne y leche que comí, que me enfermé feo. Así que pensé a qué ciudad me podría ir que fuera bien diferente a Osorno, y llegué acá.

Nace el tío mario y el perro chocolate

Con Marcelo de Cachureos, Roberto Nicolini de Pipiripao y el Tío Memo de Los Bochincheros instalados en la televisión chilena, Arica tenía la necesidad de un personaje local infantil.

Así que fue en una fiesta organizada por el Diario La Estrella para su personal en el casino, que nació el popular personaje del Tío Mario. "Había un payaso muy famoso por esos tiempos, pero que por abecé motivos, no pudo animar. Me dijo si podía hacerlo yo, y no tuve problemas en ponerme un traje y hacerlo.

- ¿Y cómo nace el Perro Chocolate?

- El Perro Chocolate era un títere. Hasta que cierto día, en medio de una presentación, le dijimos a este títere que pidiera un deseo y lo pidió: crecer. De ahí, al siguiente show, ya lo presentamos con disfraz, en el cuerpo de Luis Arancibia.

- ¿Por qué Tío Mario y no Tío Roberto, su primer nombre?

- Porque ya existía Roberto Nicolini, de Pipiripao, y a él varios le decían Tío Roberto.

Aprendizaje infantil

Pero tal como adelantamos al principio de la nota, hoy por hoy, y a sus 70 años, el Tío Mario continúa vigente en lo que más le gusta: el enseñar y divertir a los niños.

"Vendo libros didácticos. Acá la tecnología no está dejando ocupar la cabeza a los niños. Mire, en una tablet, un niño ejercita un dedo, lo que hace ejercitar una parte del cerebro. En cambio escribir, dibujar o pintar, hace que se ejerciten varios dedos, y con ello, parte total de un hemisferio.

- Hay gente que se opone a su sistema y que sigue con los equipos electrónicos para sus hijos.

- Obvio, pero muchos de ellos no saben que el aprendizaje parte desde que se está dentro del abdomen de la madre. Es verdad, intento luchar con algo que ya es masivo, pero creo ser como una golondrina que apagará el fuego con una gota de agua.