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El Tuto desclasifica los primeros años del local que aún lleva su nombre

Por estos días el restaurante de Playa El Laucho cumple 21 años. "En un principio partimos con un kiosquito que lo usaban de baño, pieza y basurero", cuenta su creador.
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Mario Narváez V.

Latas de cerveza, excremento, profilácticos y otras porquerías fueron con las que se topó Cristian Vélez Vadulli hace 21 años, cuando se le ocurrió abrir la puerta de un abandonado kiosco ubicado en la entonces exclusiva Playa El Laucho, en el borde costero sur de la ciudad.

Corría 1996 y tras pedir un par de permisos, el emprendedor de actuales 51 años hizo andar el minúsculo negocio que dos décadas después se transformaría en el Tuto Beach, mismo local turístico que alguna vez vio pasar a un ramillete de hermosas cubanas radicadas hoy en la ciudad, grupos salseros y -por qué no- exautoridades con hartas ganas de la bohemia.

"Eran otros tiempos. El Laucho era otra playa, con otro tipo de gente, pero no tenía local alguno donde comprar una bebida, un dulce o una cajetilla de cigarrillos", recuerda.

"Partimos con mi entonces esposa a limpiar ese kiosco, que estaba lleno de basura, porque era usado como baño, pieza y basurero por cuanto indigente llegaba acá. Por el nivel de permiso sanitario partimos vendiendo sólo productos envasados, como papas fritas, jugos, bebidas y todo eso, por lo que tuvimos una alianza con la Coca Cola y Savory; pero después nos autorizaron a vender completos... Ahí podría decir que partió la historia".

- Cuenta, cuenta.

- Es que partimos con los completos y después los ave pimentón, hasta que un día, conocí a un señor bien especial, don Enrique Fuentes Heinrich (Q.E.P.D.), que una tarde de domingo me pilló comiendo la colación que me traía de la casa, que eran fideos con salsa. Me dijo que se veía rica la preparación y que si podría traerle todos los domingos.

- Ahí partió el gusto por la gastronomía parece.

- Nooo y espérate, Mario, si después este profesor me pilló comiendo ceviche y me dijo si podía traerle un pote cada vez que él viniera. Pasaron los días y terminé vendiendo completos, ave pimentón, fideos con salsa, ceviches y varios platos. Puse una mesa, después dos y fui el primero en Arica en instalar estos quitasoles de madera. Me acuerdo que buscamos unos carretes de cable y los usamos como soporte. Quedaron re buenos.

- No me puedes decir que no hubo harto jet set en ese tiempo. ¿Te topaste con algún famosillo por ahí?

- Me acuerdo que por ahí por el 98 llegó Raquel Argandoña a comprar helados; venía con la Kel chiquitita. También por ahí tuve a Sergio Lagos almorzando acá y a otros más. Buenos tiempos.

El presente

Desde 2008 en adelante, el local de Playa El Laucho pertenece a la sociedad del propio Cristian con el empresario Gabriel Álamos y opera los 365 días del año. "Está bonito. No hay nada qué decir. Se baila, se pasa bien y la vista es de lo mejor", cuenta el propio Tuto.

- ¿Pero cuánto cambió la playa de aquel 1996?

- Uff... harto. La playa y la arena siguen igual, pero de repente ver latas de cerveza en la arena, envoltorios de dulce como basura y gente que no ocupa los tachos para los desechos hacen que la culpa no sea de la playa en sí, sino que de la idiosincracia de algunos ariqueños.