La Municipalidad de Arica comenzó un trabajo de sociabilización con la comunidad, especialmente con el comercio, de una ordenanza municipal que apunta a terminar o al menos, reducir drásticamente el uso de bolsas plásticas. Desde el municipio se reconoce que no existe autoridad para llegar a la prohibición, pero sí se puede crear conciencia e involucrar a la sociedad local en torno a su erradicación.
El alcalde Gerardo Espíndola y la concejala Miriam Arenas se reunieron con representantes del comercio local, sector que reconoce el amplio e intensivo uso que se hace de las bolsas plásticas. De hecho, un comerciante comentó que sólo él utiliza unos diez kilos de bolsas al mes, lo que da lugar a la reflexión respecto a la enorme cantidad que es utilizada por todos los negocios de la ciudad.
La voluntad de ir desincentivando el uso de este material se ha ido esparciendo por distintas comunas del país, dados los efectos que tiene el plástico en el medio ambiente e incluso, en la estética y la limpieza de nuestros paisajes.
En nuestro país, unas cuarenta comunas, desde la región de Coquimbo al sur, han trabajado para poder regular el uso de las bolsas plásticas, lo que ha contribuido a reducir los residuos que se generan a partir de éstas, fomentando así una cultura de la reutilización y el reciclaje.
Por sus características, las bolsas de polietileno (el polímero del que están hechas por lo general) demoran entre 300 y 500 años en ser biodegradadas por acción de bacterias, situación que varía según el tratamiento, disposición, condiciones y estrés al que se sometan cuando se desechan.
En el caso de Arica, muchas de estas bolsas terminan ensuciando el entorno y en el mar, poniendo en riesgo a la fauna marina y especialmente a las tortugas que frecuentan la bahía de Chinchorro.
La decisión de erradicar o disminuir el uso de bolsas plásticas tendrá un efecto directo en nuestro entorno, en la imagen de la ciudad, en el turismo, pero especialmente en el medio ambiente, el mismo que tanto nos interesa cuidar como un legado para las próximas generaciones de ariqueños y ariqueñas.
Unidos por un sueño
Camino. Siento de pronto que el piso desaparece bajo mis pies. La sensación de pánico logra sobresaltarme consiguiendo que despierte. Un sueño bastante reiterativo e inquietante. El médico lo atribuye a un trastorno común, poniéndole un nombre que quita la respiración: "Apnea del Sueño". Unos extraños episodios nocturnos donde el cuerpo parece desconectarse, y, el cerebro, intentando recuperar la conexión vital, lo engaña enviándole una señal de peligro. Para los adultos no representa mayor riesgo, dice, pero entre los recién nacidos se convierte en una importante causa de fallecimientos. Dado que los bebés aún no tienen el nivel cognitivo, como para detectar la amenaza, se produce la "Muerte Súbita". Agrega que es algo presente en todo ser humano. "Chilenos, gringos, orientales, europeos, sueñan lo mismo; está en el inconsciente colectivo". Apago la luz e intento dormir, pero la noción de la muerte ha instalado en mí un recuerdo nefasto. Algo sucedido durante un almuerzo familiar, cuando me atraganté con un trozo de carne. Luego de una serie de frustrados intentos, por expulsarla, tuve la certeza que moriría. Recuerdo haber salido al patio en estado de shock, sintiendo como si el mundo hubiese quedado en pausa y yo dejara de percibir sonidos.
Ese día comprobé, que el cliché de ver la vida pasar en segundos, frente a ti, es absolutamente cierto. Como si efectivamente fuese una película, una cinta angosta y levemente inclinada -quizá por la posición de mi cabeza- desfiló ante mí, mostrando diversos pasajes de mi existencia. ¡En orden cronológico! A punto ya de perder el sentido, hago un intento desesperado y consigo despejar mi garganta. De inmediato el mundo sale de su inercia y el aire vuelve a poblarse de resonancias. En fin, eso sucedió hace tiempo ya. Después de un rato vuelvo a meterme bajo las frazadas. Intento relajarme, y retomar el sueño. Algo me molesta. La oreja. La percibo entumecida. Golpeo la almohada hasta ahuecarla y la acomodo allí. Bostezo.