Shortito se mandó otra hazaña al correr ola más larga del mundo
En Chicama, Perú, el pequeño surfista ariqueño motivó a los niños a tomar contacto con las olas.
Con la boca abierta dejó a los riders peruanos el pequeño corredor de olas ariqueño, Christian "Shorto" Rivera López que con sólo 12 años se mandó la gracia de surfear la ola más larga del mundo.
El golpe a la cátedra la dio en Chicama, Perú, en la reina de las olas kilométricas donde si se dan las condiciones adecuadas se puede surfear durante más de 2 kms, que fue la hazaña del ariqueño.
Todo esto ocurrió en el marco de un proyecto de fomento a la práctica del deporte para la vida sana en Lima, Perú.
El rider ariqueño junto a su madre, Viviana López, directora del club Punto Surf y el entrenador Francisco Alegría, nacido en Arica y actualmente instructor de una escuela de surf en Antofagasta, viajaron hasta la capital de los virreyes invitados para que "Shortito" hiciera realidad el proyecto de una asociación peruana.
En la ocasión, el promisorio rider ariqueño expuso sus conocimientos a un gran número de niños peruanos por un tema inclusivo.
Para esto les enseñó cómo usar una tabla y les relató cómo empezó a surfear, además que los animó a meterse al agua.
Su madre Viviana López, relató, además, que "a todos les asombró cuando mientras la mayoría se iba en un bote zodiac rumbo al agua, Shortito se fue remando en su tabla".
Varios de los presentes postearon en sus páginas de facebook elogiando las virtudes y talento del ariqueño adaptándose en gran forma a las olas.
En el mismo sector de Huanchaco ocurrió que un empresario peruano admirado de las habilidades del ariqueño le ofreció donarle una tabla hecha por los mejores "shapers" peruanas que tiene un costo de 500 mil pesos.
Para "Shortito" esto "fue una experiencia inolvidable al compartir con los niños y tener la posibilidad de motivarlos".
El rider que sigue conquistando olas agradeció, también, a todas las personas, empresas y amigos que lo apoyaron para realizar y costearse este viaje a Lima, Perú, y en especial a su madre, Viviana López, directora del club Punto Surf, donde esperan replicar este proyecto inclusivo.