Secciones

Brando según Marlon

Listen to me Brando" recoge las confesiones grabadas de Marlon Brando, un actor que desafió las costumbres de Hollywood. Un relato, ya en Netflix, sobre arte, poder, sexo y soledad.
E-mail Compartir

Encontrar cintas con confesiones de celebridades muertas es una fantasía común que ha alimentado fraudes como "Paul McCartney really is dead" (2010), documental de dudosa procedencia que, a través de unas supuestas grabaciones hechas por George Harrison, se lanza a defender la tesis de que el bajista de Los Beatles murió en 1968 y fue suplantado por un impostor. El espectador más escéptico podría pensar que "Listen to me Marlon", construido sobre testimonios en casete que nunca antes han sido revelados, responde a la misma treta revisionista. Pero no. Marlon Brando (1924-2004) solía grabarse, registrando confidencias y soliloquios con una dedicación casi religiosa, revisando los hitos de su existencia desde la derrota tranquila del ocaso. Solitario, nostálgico, dotado de la voz cansada y áspera de un sobreviviente.

Podríamos dudar de la sorpresiva aparición de un material tan valioso y desconocido, por supuesto, especialmente cuando nos enteramos de que esas confesiones abordan sin tapujos asuntos como el sexo o su hastío de Hollywood. Pero es la complejidad de sus reflexiones lo que funciona como prueba de autenticidad.

El director Stevan Riley va ilustrando con material de archivo, fotografías y escenas de películas el repaso que hace Brando de su propia vida, desde su llegada a la Nueva York de la posguerra cuando no tenía un peso e intentaba iniciar una carrera actoral, pasando por el impacto que generó "Un tranvía llamado deseo" (protagonizó la obra teatral y la película de Elia Kazan) hasta una vejez en la que aceptó papeles por el dinero, casi en piloto automático.

En "Listen to me Marlon" no hay entrevistas, confesiones a la cámara ni opiniones de terceros. Es solo la voz de Brando tratando de descifrar el inmenso y desolado desierto de la fama.

Su sensibilidad se ve a ratos matizada por su naturaleza iconoclasta. Sin titubear, critica duramente su actuación en "Nido de ratas" (la película de Elia Kazan que le significó un Oscar;) lanza dardos en contra de actores "que hacen siempre el mismo papel" como Gary Cooper o Clark Gable, reconoce su gran apetito sexual, habla de su gordura, de su amor por Tahiti y de su odio hacia una industria que nunca pudo domesticarlo.

marlon brando, en la imagen junto a marilyn monroe.


en resumen

El inglés Stevan Riley también ha realizado documentales sobre James Bond ("Everything or nothing" , 2012) y la escena musical de Sarajevo.