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Recuerdos ariqueños

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Se acerca un nuevo 7 de Junio y se acerca aire de la fiesta, se apronta el espíritu a dar paso a las renovadas emociones de esta fecha "Juramento de fe en el porvenir ".. ocasión en que se renueva además el compromiso ariqueño de los liceanos, o sea los ex alumnos del viejo Liceo Coeducacional de Arica, aquellos que nos cobijamos y crecimos en edificio que estuvo en Patricio Lynch con Sotomayor, a los que estamos en la ciudad se suman los que cada año regresan desde diferentes tierras, algunas lejanas a reconocer y reconocerse en las caras, en los gestos, en los abrazos el espíritu ariqueño que se formó en esos viejos muros, bajo las miradas de don Ramón Quintana, de doña Mercedes Cova y de tantos y tantos maestros...

Como dice aquel viejo poema, las golondrinas vuelven a Capistrano, refiriendose a que una vez al año, en bandada regresan las golondrinas que emigraron al sur a anidar en la torre de una vieja abadía en San francisco en California, Tony Bennet tiene una hermosa canción dedicada a aquel reencuentro...

Este retorno temporal de los liceanos que emigraron tiene el acorde del himno a Arica de Pedro Ariel 0lea, tantas veces cantado a gritos, a veces hasta con lágrimas cuando nos apreta el corazón la distancia, pero siempre vivo, pero siempre renovado..

Esta víspera liceana de generaciones antiguas ariqueñas, trae siempre el recuerdo del paseo en la rambla, cuando los camiones no impedían la vista del mar, los paseos por el parque de la Aduana, las bajadas por 21 de Mayo a la salida del colegio, los sandwichs del Milano, la visita audaz al viejo Manhattan, o las matinees del Nacional o del Rex, las alegrías, las penas, las tristezas en ese Arica tan entrañable, de puertas y ventanas abiertas que se nos fué.

Y sobretodo el sentimiento de haber sido dueños de tan tremenda inocencia - como canta Tito Fernández -

Bienvenidos liceanos a este rencuentro anual con la nostalgia, bienvenida Elsie, Patricia, negro Talí, Nancy, las Anas y tantos con que nos hemos abrazado al pie de la Catedral y visto en los cafés de nuestro viejo 21....hay todo un programa que los organizadores tienen, hay una misa en la capilla del Colegio Santa Ana, un malón que prepara Vicky Robertson y un almuerzo el domingo, frente al mar, nuestro mar sintiendo siempre que en nosotros vive ese " clamor de multitud ".

José Luis Torres Espinoza