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El muralista que da vida a los Chinchorros

Nelson Ortiz quiere convertir a Arica en un museo al aire libre, y que todos tengan acceso y conozcan más la milenaria cultura.
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Tenía una lucha interna entre desarrollar su profesión, trabajador social, y ser muralista. Y después de casi cinco años desempeñándose como Técnico en Atención de Menores, decidió dejarlo todo y embellecer los murales de la ciudad, pero con un toque distinto: la cultura chinchorro.

Nelson Ortiz Ormeño, es un muralista ariqueño de 26 años, que nació en "el estigmatizado Barrio Industrial", según sus propias palabras.

"Desde chico tenía la curiosidad de jugar y ensuciarme con pintura, no tuve ni un maestro ni un mentor, desarrollé mis técnicas de pintura solo, mirando", recuerda Ortiz sobre sus primeros pasos en el arte de pintar.

Mural chinchorro

En el acceso peatonal al Morro, por Colón, uno va subiendo por una colorida escalinata, hasta que llega al mural "más vivo de los chinchorros. Quise plasmar algo muy distinto, en todas partes hay momias y pinturas de momias, pero acá se ve cómo era la vida de ellos. Quiero que la gente mire y sienta a los chinchorros", cuenta Nelson sobre su mural de más de 3 metros de altura.

"Esto nace ya hace más de diez años, cuando empecé a plasmar mis ideas, tímidamente, a pintar las calles. Trato de hermosear la ciudad en las paredes, y me enfoqué en los chinchorros. Todo partió con mi historia en el colegio. Nos enseñaron sobre la cultura chinchorro, que en ese tiempo era bien poco lo que se mostraba, salvo algún episodio vago. Y lo que me quedó fue que son las momias más antiguas del mundo y estaban acá". "En un evento en Perú, plasmé a una momia chinchorro con un hijo en la espalda, y de ahí no he parado en resaltar la cultura chinchorro, y están acá pero falta que se conozca mucho más", explica el muralista cuando recuerda su primer mural sobre esa cultura.

Legado

Quiere que la gente tenga más conciencia y conocimiento sobre está milenaria cultura. "De repente las personas saben muy poco, y hay que transmitirle a los más jóvenes sobre lo importancia de los chinchorros".

"Quiero que la gente mire mis murales y se pregunte e investigue sobre ellos, y despertar esa curiosidad, creo que es mi legado más importante, y que va más allá del mural".

"Estamos en el corazón de la cultura chinchorro, ¿pero como valoramos eso?, para mi plasmarlos en la pared tiene un antes y un después en la historia, ya que es mucho más cercano a la comunidad", dice Nelson sobre el legado que él cree está dejando en cada mural. Cuenta que desde su aporte la cultura chinchorro está más visibilizada. "La gente ahora tiene un museo y una galería gratis para ver y conocer a los chinchorros, y me lo agradecen, y además lo mejor se hace en casa, en mi Arica", dice Ortiz.

Mensaje en cada mural

Lo más importante es el mensaje que hay detrás de cada mural, "y entregar algo distinto en cada espacio que pinto. Eso me llena, me hace feliz, dedicarse a lo que le gusta no tiene precio, es la felicidad máxima. Es potente estar frente a cada muralla, por que antes de estar pintada ella no tiene vida, está como triste, y ella me dice que tengo que pintarla y ahí me inspira un personaje, pero no interrumpo el espacio, lo mejoro para que todos sean felices mirando colores, por que los colores alegran".

"Mi sector es estigmatizado por los polimetales, la delicuencia, entonces hicimos un encuentro e hicimos toda una intervención, y ese impacto fue mágico, ahora está muy lindo, y todos colaboran para que siga así"

Y está es la razón por la que ha seguido trabajando con otros barrios con una fragilidad social y cultural.

"Ahora quiero que los chicos se motiven, que le den color a la vida, que sepan que la condición y lugar donde uno viene no tiene que ser una condicionante para no tener sueños".

"El color te da algo, te da sentimientos encontrados, y eso para mí es importante, y eso es lo que quiero seguir haciendo. Romper el paradigma que cuando ven a un joven pintando lo dejen expresarse, el arte mural es un aporte para todos", expresa Nelson. "Quiero seguir pintando, pintar me llena, quiero intervenir más Arica, con muros más grandes, que todos tengan acceso a mirarlos, la gente tiene más acceso en el centro por que la vida está acá, y quiero darle un sentido cultural y referencial de los chinchorros a todos", finaliza el muralista.