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Entrega de Armas: un acto solemne que enorgullece a todo soldado

Familias viajaron horas desde Santiago solo para ver a sus hijos, sobrinos y nietos cumplir con el tradicional acto que simboliza el término de su período de instrucción
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Un total de 106 soldados fueron parte del acto solemne de Entrega de Armas en el Regimiento Rancagua, donde a través de una ceremonia simbólica, el contingente que en su mayoría proviene de Santiago recibió de manos de sus familiares el arma que los acompañará mientras cumplan con el servicio militar.

En dicho acto las familias que asistieron se emocionaron al ver a sus hijos, sobrinos y nietos. Por eso no les importó viajar dos días en bus desde Santiago con tal de acompañarlos en esta ceremonia.

Largo viaje

María Eugenia Badilla es de Santiago, por eso tuvo que viajar treinta horas para acompañar a su hijo a la Entrega de Armas en Arica. Y como toda madre orgullosa no pudo contener las lágrimas de emoción al ver a su hijo en dicho acto. "El viaje fue sacrificado porque me vine en bus el domingo a las 11 y media de la noche y llegué a Arica a las 5 y media de la mañana de este martes. Así que apenas descansé un ratito y me vine", contó María.

Durante todo el acto, ella no paró de grabar y tomar fotografías, es que es la primera vez que asiste a una ceremonia de este tipo, comentó.

"Me pareció todo hermoso, muy solemne y durante el acto me pasó que vi a todos iguales, me costo reconocer a mi hijo y por más que lo miraba no lo reconocía, por eso mi cuñada me decía está al frente tuyo mira, hasta que lo reconocí. Estoy orgullosa de él, dijo María Badilla, quien espera volver a la ciudad el día que su hijo tenga que asistir al Juramento de la Bandera.

"Esto es lo que él quiere y solo me queda apoyarlo en todo", añadió muy emocionada.

Rumbo al juramento

Marcela Prado y Víctor Ferruz también planearon su viaje con tiempo para acompañar a su sobrino Alexander Romero.

"Él es de Santiago, toda su familia es del sur y no pudieron venir, por eso nosotros vinimos de Iquique para acompañarlo. Pero ya nos estamos organizando para venir al Juramento a la Bandera y ahí sí que los papás vendrán desde Santiago para acompañarlo", contó Marcela Prado.

Por su parte, Víctor Ferruz aseguró que su sobrino espera seguir en el Ejército. "El papá de él es funcionario de Carabineros y yo también lo fui, pero el quiere seguir en las armas, porque le gusta el Ejército. Está fascinado, contento en Arica, es lo que quería".

Si bien no todos pudieron estar acompañados de sus familias, de todas formas compartieron un momento de camaradería.

"Esta es una ceremonia militar que se realiza a lo largo de todas las unidades del Ejército al término de un período inicial de instrucción del contingente que se acuartela. Se hace entrega del arma bendecida por un capellán y permite al soldado amparado bajo la ley a defender nuestro país", dijo Pedro Pascual Robín comandante de la Brigada Motorizada N°4 Rancagua.