Preparación permanente
El escenario sísmico que se ha estado dando en la zona central, especialmente en Valparaíso y la Región Metropolitana, innegablemente trae a la memoria lo ocurrido hace tres años en nuestra región y también en Tarapacá. El enjambre sísmico que se desató en marzo terminaría con el terremoto de 8,2 grados de abril, el que incluso se dejó sentir después de otro sismo importante en la zona, lo que habla de la energía cumulada que había frente a las costas de las dos primeras regiones de Chile.
Hoy, es imposible predecir qué ocurrirá en Valparaíso y en la zona donde ha ocurrido esta serie de temblores que trajo a la memoria lo que ocurrió en nuestra región hace tres años. No se puede responsablemente adelantar lo que pueda venir, o hacer símiles respecto a lo que ha ocurrido en otros casos.
Lo que sí se puede hacer, como ya se ha venido haciendo costumbre, es revisar los procedimientos que se tienen ante este tipo de emergencias, no sólo a nivel de servicios públicos, o en el ámbito del Estado, sino que también la atención y la responsabilidad que cada persona.
Se ha destacado, por ejemplo, la madurez y tranquilidad con que la población afectada por el fuerte sismo del lunes enfrentó la situación, sin que se vieran escenas de histeria o descontrol. Esto muestra que en nuestro país, la gente, paulatinamente ha ido adquiriendo una cultura ante este tipo de eventos, cada vez más frecuentes.
Es bueno no olvidar las recomendaciones que existen en torno a los sismos y sus efectos, especialmente en las zonas costeras como la nuestra, en donde cuando hay terremotos de gran magnitud, es posible que se generen tsunamis.
En el caso de Arica, los servicios involucrados están preparando una prueba de las alarmas para los tsunamis, la que está siendo desde ya informada. Junto a eso, las familias nunca deben perder de vista las recomendaciones que se han hecho respecto a las medidas que en casa se deben adoptar.
Los terremotos han sido experiencias duras, difíciles para nuestro país. Pero nos han enseñado cómo enfrentarlas y sobre todo, a entender que se trata de eventos más frecuentes de lo que a todos nos gustaría.