Alrededor de todo el mundo hoy se celebra el Día de la Tierra. Se trata de una jornada que busca crear conciencia y promover actividades que apunten a la protección de nuestro planeta y su vida. Su origen se remonta al 22 de abril de 1970, cuando se realizó la primera manifestación en Estados Unidos con el objetivo de apoyar la creación de una agencia ambiental.

El movimiento fue promovido por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson y contó con la participación de miles de universidades, escuelas primarias y secundarias, y además de cientos de comunidades. El resultado fue que finalmente en el país se creó la Agencia de Protección Ambiental.

Hoy la fecha es reconocida por la Organización de Naciones Unidas, la que para este año 2017, hizo hincapié a través de la campaña que se denomina "Alfabetización medioambiental y climática", que busca una base para la defensa del planeta: "que la ciudadanía mundial conozca los conceptos sobre el cambio climático y sea consciente de la amenaza sin precedentes para el planeta. El conocimiento nos empoderará a todos y nos llevará a tomar medidas para defender el medio ambiente".

Hoy este analfabetismo, la falta de cultura que existe en torno al resguardo del ambiente en el que vivimos, está poniendo en riesgo seriamente al mismo ser humano y por supuesto, a miles de especies animales y vegetales.

En nuestra región hay evidencias alentadoras y otras francamente decepcionantes respecto al interés por cuidar el medio ambiente y acciones que se han tomado. Por ejemplo, ha existido una intensa lucha por evitar que se instalen industrias contaminantes o que revisten riesgos al entorno.

Sin embargo, la contaminación diaria, cotidiana, la tenemos "a la vuelta de la esquina". Una ciudad donde aumentan los microbasurales y en donde el Río San José es el gran vertedero público. O la enorme contaminación, tanto o más grave que la de una termoeléctrica, dada por el sobredimensionado parque automotriz que registra Arica, incluso con vehículos en mal estado y doblemente contaminantes.

Este Día de la Tierra debe llevar a reflexionar en el aporte que cada uno de nosotros puede hacer por el planeta.

Sin lugar a dudas la jornada del "Censo de Población y Vivienda" fue ardua para cada censista, pero tremendamente revitalizadora. Cerca de 6 mil personas recorrieron la ciudad y los valles, así como también visitaron viviendas en cada comuna, pueblo o caserío de la región para saber con la mayor certeza cuántos somos, cómo somos, dónde y cómo vivimos. Esa información nos permitirá tomar mejores decisiones, nos indicará donde es necesario reforzar y donde es necesario enmendar el rumbo.

Los datos recogidos son claves para elaborar las políticas públicas y programas de apoyo para la ciudadanía y servirá, por ejemplo, para calcular las subvenciones escolares o para formular políticas migratorias adecuadas a nuestra realidad. Incluso, nos permitirá definir la cantidad de consejeros regionales o de concejales a elegir.

El Censo también nos servirá para calcular el índice de materialidad de las viviendas, así como el hacinamiento, pudiendo definir mejor los subsidios del Fondo Solidario de Vivienda e incrementar más y mejores programas regionales de vivienda.

En Arica y Parinacota, el comportamiento ciudadano fue ejemplar. Nuestro Censo fue un acto republicano en donde cada uno de nosotros dio una clase magistral de responsabilidad cívica, de respeto por el esfuerzo de los censistas, ya que muchas familias esperaron ser visitadas para cumplir lo que era un real deber cívico, comprendiendo el trabajo que se realizaba al no tomarse ese día especial como un feriado más, sino que verlo como un día en el que cada ciudadano debía aportar lo propio para tener éxito.

Sobradas razones entonces para reconocer y agradecer que se logró instalar en el colectivo de que el Censo era una acción ciudadana que requería la colaboración de todos. Agradecer a los medios de comunicación y a todos quienes desde sus puestos de trabajo aportaron asertivamente para este logro. Agradecer a los censistas que renunciaron a su descanso para ser parte de esta noble tarea y agradecer a la responsabilidad de todos por su comportamiento ejemplar.

La región cumplió con este Censo que viene a saldar una deuda pendiente. Estamos orgullosos de lo que se hizo, por eso reiteramos nuestros sinceros agradecimientos a todas y todos.