Hace unos días conocíamos respecto del aumento del parque automotriz que registra Arica. Sobre 60 mil vehículos se desplazan en una ciudad que en estos momentos, supera apenas los 230 mil habitantes. Es decir, en matemáticas simples por cada cuatro personas en la ciudad hay un vehículo motorizado, de aquellos que hasta fines de marzo tenían plazo para renovar su permiso de circulación.

Una proporción que inquieta y que llama a buscar nuevas alternativas. Tal como se comentaba en esta misma sección hace unos días, el sector público tiene sus particulares tareas al respecto. Por ejemplo, a los organismos que corresponde, velar porque los vehículos que circulan realmente tengan el permiso para hacerlo. A Transporte junto con los gremios, asegurar un buen funcionamiento de la locomoción colectiva, de lo contrario, es muy difícil, desincentivar el uso del vehículo particular, con todo lo complejo que pueda ser el no hallar estacionamientos o perder tiempo en los tacos.

Y en el caso del Serviu, por ejemplo, está el trabajo que ha realizado para dotar a la ciudad de ciclovías. El éxito de estas rutas para ciclistas ha quedado demostrado luego que se conocieran estadísticas del paso de estos vehículos por el sector de Santa María con Renato Rocca, donde se juntan dos rutas.

De acuerdo al contador con que está dotada esta ciclovía, en los últimos ocho meses más de cien mil viajes de ciclistas se han registrado en el lugar. La media mensual se eleva por sobre los 13 mil y el promedio diario es de 453, que se sustenta especialmente durante los días de semana o hábiles. Cifras interesantes, y que sólo consideran una de las varias rutas que los ciclistas utilizan en Arica para desplazarse.

Esto habla claramente del cambio en la percepción y el uso que se le da a la bicicleta. Ya no es sólo un elemento para la entretención y el deporte, sino que también un vehículo para el traslado diario, en medio de una ciudad cada vez más congestionada.

Se trata de una acertada política de Estado, que dados sus resultados, se impone de inmediato el desafío de extender esta garantía para los ciclistas que circulan por otros puntos de la ciudad.

Violeta Parra, en el centenario de su nacimiento, será el tema central, en la mayoría de los establecimientos educacionales del país, de la celebración del Día Mundial del Libro y la Lectura, el 23 de abril. Recordemos que esta efeméride está instituida en honor a dos grandes de la literatura universal, fallecidos ambos en esa fecha: Miguel de Cervantes Saavedra, español, y Williams Shakespeare, inglés.

El canto a lo humano y lo divino, las décimas, las cuecas y tonadas con la voz y la guitarra de Violeta, sonará con fuerza por todo el territorio en los próximos días, con sus mensajes de agradecimientos a la vida, de esperanza, de lamentos, de reclamos, de protestas, de esperas, de soledades, de despedidas. Porque Violeta, a pesar de algunos olvidos, siempre está presente, más viva que nunca, recorriendo los campos, las grandes urbes del planeta, la pampa desolada y los jardines floridos; los lugares olvidados en donde se sigue nutriendo de la música de los cantores populares escondidos en los rincones de la patria.

Viene el aroma a Violeta a impregnar el aire que respiramos; a inspirar a niños, jóvenes, adultos y viejos en los sentimientos que encierran sus canciones con compromiso, que se siguen interpretando en todas partes. Que incluso, sorprendentemente, las entonan o declaman las nuevas generaciones.

Invitamos a quienes aun no conocen a Violeta Parra, o a quienes la han relegado al olvido, a descubrirla o redescubrirla en este mes de celebraciones de sus cien años de existencia, primero terrenal y final y definitivamente musical y artística, a escuchar, sentir y comprender sus canciones y a conocerla en su faceta humana y artística.

Recibamos la belleza encerradas en temas como Gracias a la vida, Volver a los diecisiete, La jardinera, El Gavilán, Arriba quemando el sol, Casamiento de negros, El rin del angelito, Run run se fue pal' norte, y tantos y tantos más.

Disfrutemos de este Centenario con aroma a Violeta.