El misterioso origen del Hincha Gorila que va en busca de un dueño
Figura mundialera es el único recuerdo que le queda a Berta de su marido y ahora busca nuevo dueño.
Corrían los años 60, en una Arica muy distinta, justo el año en que una joven Berta Aránguiz llegó a la ciudad desde Valparaíso para formar una familia con Alfredo Abarca, un ariqueño neto, quien fue su pareja hasta el año 91, fecha en que falleció.
Tras esa gran pérdida, Berta solo heredó los recuerdos y algunos artículos de colección personal que poseía su esposo y que Berta guardó como un gran tesoro hasta el día de hoy. Entre esta modesta colección, que se guarda en el living como trofeos de la relación familiar, figura una Mafalda muy antigua, pero bien conservada, le sigue un curioso gorila de unos 30 centímetros que según afirma la señora Berta sería de algún mundial, según sus recuerdos tal vez del Mundial del 62, que tuvo entre sus sedes Arica.
"Me acuerdo que él estaba en el estadio Carlos Ditborn cuando jugaba Chile, y de tanto que decía gol, gol, los otros hinchas lo pasaban callando y cuando por fin fue gol, ya nadie empezó a callarlo después. Y fue ahí cuando un familiar le regaló esa figura de monito, porque a él le gustaba gritar el gol", contó Berta Aránguiz, quien a sus 91 años se precia de aún tener una buena memoria.
En el tiempo
En su departamento, los muebles y artículos de Berta quedaron refugiados en el tiempo y lucen intactos para cualquier curioso. Y de todos los adornos, sin duda el gorila es el protagonista de la mesa de centro, con su sombrero mexicano y su balón en la mano, luce como todo un hincha de algún mundial del deporte rey.
Sin estar 100% segura, pero con la convicción de que el gorila es una reliquia mundialera, Berta decidió ponerlo a la venta después de años de pensarlo. Es que hasta ahora es el único recuerdo que la conectaba con su esposo fallecido.
"Esta figura la guardé por muchos años, tiene un valor sentimental incalculable, y creo que no lo van a encontrar en otra parte porque casi ya no quedan. Además no saco nada con seguir guardándolo, porque cuando me vaya sé que botarán a la calle todo lo que tengo y quiero que este monito esté en buenas manos, por eso lo venderé al mejor postor", contó la abuelita que espera viajar a Lima para tratarse un cáncer de mama que padece hace años, por eso espera trasladarse después de vender al hincha gorila.
El hincha gorila
El muñeco tiene el pelaje café, algo desgastado pero café al fin. Un sombrero mexicano desgastado, un balón de fútbol en la mano y un himno futbolero que canta cada vez que alguien lo acaricia. Usa pilas, tiene una mirada tierna y entona un "olé, olé olá". En la otra mano solo luce un pequeño mástil, es que la banderita se quebró y se perdió, pero el resto esta impecable.
"La bandera era tricolor y el monito baila, canta y usa pilas, los niños antes lo venían a ver. Era casi como un hijo, pero ya debo dejarlo partir. Ojalá quede en buenas manos", señaló Berta Aránguiz.
Gorila mundialero
Sobre su origen han nacido varias teorías; unos dicen que es del mundial de México del 70, por su sombrero. Otros, que es de España 82 y otros señalan que podría ser hasta de Francia 98, por la melodía que canta. Nadie lo tiene claro aún, pero se sabe que fue un juguete clásico, como para un capítulo de El Precio de La Historia.
Por eso, Berta espera dejar en buenas manos al gorila que la acompañó por décadas.