La esteticista que sana esas cicatrices del cuerpo y alma
Se especializó en la micropigmentación y microblading. Atiende gratuitamente a las personas que sufren de cáncer y han perdido las cejas por la quimioterapia o el pezón por la extirpación de mamas.
A melia Williamson pasó del arte del canto al arte de embellecer los cuerpos de hombres y mujeres.
En su centro de estética "Nelumbo" realiza múltiples tratamientos como la depilación láser, drenajes linfáticos y últimamente desarrolla la técnica del microblading con la cual repara cejas despobladas y las transforma en una hermosa facción del rostro.
Cosmetóloga y cosmiatra universitaria, se dedica desde el 2010 a la estética integral. Cuenta que constantemente va perfeccionando sus técnicas en Santiago y el extranjero en busca de novedades y distintas modalidades de la estética.
Sobre el microblading y la micropigmentación explica que "el microblading es una técnica que llega a la primera capa de la piel, es un trabajo muy natural. La micropigmentación es un tatuaje a nivel más profundo de la piel, en el cual se hace otro tipo de reconstrucción como pezones en forma solamente visual. Es un tatuaje donde se va armando el pezón y se le van haciendo los colores y la aureola. También la micropigmentación ayuda a tapar estrías y cicatrices y a reparar las marcas que produce el vitiligo. Se puede agregar pigmento donde se pierde".
Agrega que "me ha tocado reconstruir cicatrices y el cambio no sólo es físico sino que interno. En Santiago aprendí a reconstruir el pezón de personas que lo perdieron producto del cáncer por la extirpación de las mamas y al verse nuevamente esta parte del cuerpo, los beneficios son gigantescos".
En honor a su madre
La esteticista destaca que "en honor a mi mamá Amelia Saavedra que tuvo cáncer, la reconstrucción de cejas y pezones para las personas que tienen esta enfermedad, lo hago de forma gratuita. Mi madre falleció de cáncer y sé el proceso doloroso que deben pasar estas personas".
Lo que más le alegra de su trabajo es el cambio sicológico que atraviesan las pacientes que reconstruyen algún tipo de cicatrices a quienes les cambia su estilo de vida y les da mayor seguridad a nivel personal y les mejora el autoestima.
"Vuelven a sentirse personas normales. Es importante que sepan que existe una solución para su problema".
"Mi desafío siempre es ir aprendiendo cosas nuevas, siempre he dicho que Arica necesitaba un centro moderno de estética y que no haya que viajar a hacer este tipo de tratamiento a otra ciudad. Quiero ir perfeccionando aún más las técnicas de micropigmentación y microblading. Mi propósito es que las ariqueñas cada vez se sientan mejor".
Le apasiona el hecho de que se puede cambiar de una tristeza a una alegría en tan sólo minutos y asegura que "con el sólo hecho de que la persona se vaya feliz a mí me alegra el día. Debemos entender que la cosmetología no sólo es belleza sino que también es salud".