El pasado trata de ser menos pasado, y el presente es más fácil de sobrellevar. A veces con más tiempo que salud, pero con una vitalidad que se nota a flor de piel, Abel Gómez Díaz vuelve presente su añoranza y recuerdos de la pampa, la cual lo vio crecer y trabajar.

A sus 72 años es presidente de la agrupación cultural Proyección Pampina, un grupo de adultos mayores que pone en valor esta cultura nortina.

En la agrupación demuestra su vitalidad entonando diferentes canciones con sus armónicas, pero la actividad que lo mantiene con vitalidad es fabricar réplicas de las máquinas con las que trabajó entre los '60 y '90 por allá en el Grupo Toco, el cantón de Tocopilla.

Lata y estaño

Calicheros, dragas, vagones, javas de Victorias y Góndolas (micros), son algunas de las réplicas que fabrica Abel con lata reciclada, estaño y alambres.

"Entré a trabajar en María Elena el 16 de julio del '62 y salí el 17 de marzo del '94; me vine a Arica y compré esta casita".

Antes de pasar por María Elena, donde entró a los 16 años, Abel estuvo en los desarmes, donde hizo de mensajero, tornero, chofer y terminó como operador de máquina pesada.

Si bien es oriundo de Andacollo, llegó al norte grande luego de la muerte de su madre, cuando tenía 8 años. Desde Coquimbo llegó a Iquique tomando el Longino (tren).

"Trabajé de maquinista en todas estas, así que las conozco al revés y al derecho", comentó mientras miraba las creaciones que conserva con cariño y que ha regalado a sólo algunos familiares.

Lo que espera terminar es un puente de descarga, pero con paciencia concluirá su obra.

Armonicista

De las 10 armónicas que tiene dos son las que sigue tocando, porque el resto ya se han echado a perder. Las que mantiene son alemanas, una de ellas es Hohner y con ellas anima las actividades de la agrupación. Este año estuvo tres meses enfermo y no pudieron celebrar el aniversario de la agrupación, pero espera pronto hacer vibrar con su armónica a más corazones que con nostalgia recuerdan el pasado en la salitrera.