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Se buscan placas de locomotora

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En la Plaza Baquedano, frente a la estación del Ferrocarril de Arica a La Paz (FCALP) se exhibe una locomotora, a vapor y a cremallera. Fue puesta allí a principios de la década de 1980, llevando el número 3331, que corresponde a una máquina de tipo Ua. Sin embargo, en la realidad, es de tipo Uc, y su número correcto es 3317.

Autorizado por don Enrique Méndez, quien, en ese entonces era Gerente General de Ferrocarriles del Estado, y en colaboración con don Osvaldo Sepúlveda, entonces Gerente del FCALP, y don Eduardo Espinoza, Subgerente, a mediados de 1995, solicité que, en la fundición de la Maestranza de San Bernardo, se fabricaran placas, de fierro, con el número correcto, es decir, 3317, lo que se hizo, dos para colocar en los costados de la máquina y una para poner en la parte delantera. Esa labor fue la última hecha en la fundición, antes de que cerrara.

Fui a la Maestranza; retiré las placas; las llevé a la oficina, en Providencia, de la entonces empresa de buses Tramaca, que las subió a un vehículo con destino Arica. Llegaron a Arica y fueron recibidas por un empleado del FCALP, pero nunca fueron colocadas en la locomotora.

Quisiera hacer una consulta a los lectores de su prestigioso diario, para saber si, entre ellos, hay alguien quien tiene alguna información sobre la ubicación de las placas, esperando que, en algún momento no muy lejano, se coloquen en la locomotora.


Economía populista

No hay que ser un experto en economía para darse cuenta que las reformas y nuevas propuestas populistas, como la reducción de la jornada laboral con igual sueldo, hace encarecer el costo de vida de toda la sociedad. Lo anterior y propuestas de subsidios, gratuidades y otros, lo terminan pagando todos los ciudadanos, porque no existe una varita mágica que haga aparecer bienes. Proponer una disminución de la jornada laboral sin rebaja de los sueldos respectivos, es una irresponsabilidad legislativa populista, de conveniencia en época de elecciones, porque les será difícil a los candidatos rechazarla. Hay que tener confianza en la madurez del pueblo, que hace tiempo dejó de engañarse con voladores de luces y cuentas de vidrio, y cada vez más, se da cuenta que solo el esfuerzo es fecundo y que para protegerlo debe exigirse la fiscalización a legisladores y gobernantes para que trabajen para el bien común y no para los gobiernos de turno o para intereses partidistas en busca del poder.

Ian Thomson Newman

economista de transporte

Marcos Concha Valencia