Fueron cerca de 200 transportistas bolivianos quienes se reunieron en el puerto ariqueño, en donde tuvieron la oportunidad de conocer los avances y alcances de los trabajos que se efectúan en la ruta que une Arica y el paso Chungará. El encuentro se realizó en el marco del Seminario para Transportistas Bolivianos organizado por la empresa Terminal Puerto Arica. El seremi del MOP se encargó de mostrar los cambios, avances, las mejoras que en general se han estado ejecutando en la ruta y en especial en las peligrosas cuestas que se deben enfrentar para cubrir el recorrido entre la costa y la frontera.

Se trató de una reunión de enorme significado. Primero, porque desde Bolivia, se había dado a conocer la molestia de algunos sectores del transporte, debido a los tiempos de traslado de los camiones ante las obras que se están ejecutando en la ruta CH-11.

Se reclamaba la poca atención de parte de Chile ante el transporte del vecino país, que debía esperar más tiempo para poder transitar por esta carretera en reparación. Sin embargo, en este encuentro los mismos camioneros pudieron darse cuenta de los avances que se están haciendo en una ruta que es de uso casi exclusivo para el transporte de la carga boliviana que sale al Pacífico, por el puerto ariqueño.

En un segundo aspecto, significa mucho también que de parte de las autoridades nacionales y de la misma empresa privada, en este caso, el TPA, exista interés en mejorar las condiciones de trabajo de estos gremios, a través de dotarlos de rutas más seguras y cómodas.

No es desconocido que el transporte boliviano también, en otras oportunidades, había presentado sus objeciones debido al estado de la carretera y hoy, esa situación se está solucionando. De esta manera, Chile está cumpliendo con sus compromisos internacionales, al tener no sólo una ruta disponible para que Bolivia pueda salir al mar por Arica, sino que una ruta en buenas condiciones y que responda a los mejores estándares.

La experiencia con la Cámara Boliviana del Transporte es una muestra del buen trabajo conjunto que se puede hacer para seguir garantizando el libre tránsito de los productos del vecino país al Pacífico.

Qué agobiante trabajo para los profesores es el luchar cada día, en cada hora de clases, en contra del paupérrimo lenguaje utilizado actualmente por los niños y jóvenes. Es que de cada cinco palabras que emiten, tres son garabatos, y la mayoría de grueso calibre. Y la cosa va cada vez peor, en caída libre. Y aunque quedan algunos que siguen echando la culpa a la escuela por el "mal hablar", la verdad es que ya los docentes no pueden en contra del inmenso poder de penetración que tienen los medios masivos de comunicación, especialmente la televisión, con esos "ejemplares" y abundantes programas -festivales internacionales de la canción, de conversación, de "humor", etc.- en donde impera la escatología, la ordinariez, el mal gusto y la bajeza en el habla.

Sin duda, habrá gente que, también a estas alturas, puede criticar este artículo de "cartucho" o retrógrado o desubicado. Claro, con todo el ensalzamiento de los programas y de los rostros televisivos, ahora todo es permitido. Si incluso, algunos reciben con orgullo la nueva distinción que tienen los chilenos en el mundo: "los más garabateros y ordinarios".

Pobre idioma mío, tan hermoso, pleno de verbos, de sustantivos, de adjetivos. Idioma establecido definitivamente con la inmortal pluma de don Miguel de Cervantes Saavedra, allá en los inicios del siglo 17. Cuán grande has sido, hermoso idioma castellano, ensalzado por inmortales escritores y pensadores, ejemplares mortales elevados a la inmortalidad parnasiana: Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Manuel Rojas, Ernesto Sábato y tantos y tantos más.

Estas nuevas generaciones, con seguridad, no entenderán este artículo, porque ellos, lamentablemente, han sido y seguirán siendo formados (¿o deformados?) por los nuevos alarmantes tiempos de desenfreno lingüístico, del hablar soez con la intención morbosa y de mal gusto.

¡Ánimo, estimados colegas del lenguaje y de todas las asignaturas! ¡Les queda todavía bastante lucha por mejorar el hablar de este país!