A fines de la semana pasada comenzó a regir la nueva ley de retención infantil en vehículos motorizados. En términos simples, todos los niños y niñas de hasta nueva años (o una estatura de 135 centímetros y 33 kilos de peso), deben ir sentados en sillas que sean apropiadas a sus características físicas.

Es por eso que el Ministerio de Transportes definió seis tipos de este tipo de sillas, de acuerdo a la edad y talla de los menores, para que sean instaladas en los vehículos en los que se transportan. Estas deben estar acreditadas. Si un conductor no cumple con estas medidas para el transporte de niños y niñas, se expone a multas que van desde los 70 mil hasta los casi 140 mil pesos.

Se debe concordar que se trata de medidas de seguridad necesarias. Ya en 2016 se había dispuesto la prohibición de llevar niños en los asientos delanteros de los vehículos, y ahora, se busca agregar más seguridad a los traslados con estas nuevas disposiciones.

Nuestro país ha ido experimentando distintas etapas respecto la seguridad vial, considerando a pasajeros y conductores. Lentamente, se transformó en un tema cultural el uso de los cinturones de seguridad, obligación que hoy se cumple mayoritariamente.

La Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito explica que en nuestro país, los accidentes de tránsito son la primera causa externa de muerte en niños de 1 a 14 años. Sólo en 2015 murieron 73 niños de entre 0 y 12 años en siniestros viales, mientras se registraron 4.513 lesionados de esa edad, con heridas de diversa consideración.

Lamentablemente, en Arica se ha advertido escaso stock de este tipo de artículos con calidad certificada. Una situación compleja, considerando que el parque automotor en la ciudad se empina sobre los 60 mil vehículos ¿Qué nivel de tolerancia habrá respecto del cumplimiento de la ley, considerando este hecho? ¿Cuántos miles de sillas y alzadores se necesitan sólo para Arica.

Es algo que tendrá que verse. Lo que sí está claro, es que nadie quiere que su hijo sufra lesiones graves en un accidente. Y de ahí la atención que existe hacia esta nueva norma de seguridad para menores.

En este mes, el 28 exactamente, se cumplirán 81 años del nacimiento de uno de los escritores más connotados de la lengua española: Mario Vargas Llosa, peruano, arequipeño, Premio Nobel de Literatura, distinguida pluma latinoamericana, grande entre los grandes, ciudadano del mundo.

Es que a Vargas Llosa, a estas alturas, ya no se le puede presentar sencillamente como un escritor peruano, porque él, como escritor universal, nos pertenece a todos los que, en los diversos puntos del hemisferio, le hemos conocido y reconocido a través de sus creaciones, por medio de sus personajes y de los acontecimientos con que nos ha maravillado y sorprendido por ya tan considerable tiempo.

Ya a fines de los sesenta comenzamos a reconocerlo, a través de una sorprendida y entusiasta lectura de ese mundo encerrado en el libro "La ciudad y los perros", con las vivencias y sobrevivencias de adolescentes de los distintos ámbitos sociales y raciales del Perú, en el rígido y estructurado mundo del colegio militar Leoncio Prado. Seguimos el entusiasmo con aquellos cuentos esperándonos en el libro "Los jefes", como "El desafío", "Día domingo", y el que le da el título al texto.

Más adelante, el que muchos consideramos su mejor novela: "Conversación en la catedral", que al principio nos confundía con su multiplicidad de narradores. Ambientada en los tiempos del dictador Manuel Odría, y con una temática que atrapa de principio a fin. A estas obras, agregamos otras grandes como La casa verde, Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, La guerra del fin del mundo, Los Cachorros, y tantas y tantas más.

¡Grande Mario Vargas Llosa! Que el Gran Hacedor le depare muchos cumpleaños en el futuro, y que nos siga asombrando con muchas más obras literarias nacidas de su genio creador. ¡Feliz cumpleaños, Maestro!