Después de anuncios y expectativas, finalmente la construcción de los dos más grandes centros comerciales de Arica, el Mall Plaza y el Strip Center de Cencosud, comienzan a ser una realidad. Esta semana, ejecutivos se reunieron con autoridades de la zona para dar a conocer que antes de que termine el mes, se podrá la primera piedra del mall, que ya se encuentra en plena construcción.

Respecto del Strip Center, había algunas dudas, debido a que a diferencia del otro caso, las obras no habían presentado mayores avances. Sin embargo, ya se supo que los trabajos están próximos a iniciarse, en una zona que se transformará en un nuevo polo comercial de la ciudad.

El sector de la Avenida Diego Portales al llegar al sector de Chinchorro, se convertirá en un nuevo centro de encuentro para la comunidad. La llegada de ambos centros comerciales no se traduce sólo en más alternativas para comprar, sino que hasta en panoramas familiares.

La presencia de gimnasios, cines, patios de comidas y otras ofertas y servicios, vienen a cubrir necesidades que la comunidad ariqueña reconoce. A eso se suma la mejora del entorno general en donde se instalan estos complejos. Una consulta realizada por el sitio soyarica.cl, mostró que más del 90% de quienes la respondieron, creen que la llegada de estas tiendas será un aporte a la ciudad.

Lo cierto es que la experiencia muestra que los Malls pueden ser beneficiosos, en cuanto ayudan a descentralizar las ciudades, ofrecen nuevas alternativas de comercio y entretención, cambian el ritmo de las ciudades e impulsan al comercio local para que sea innovador y esté mucho más preocupado de sus clientes.

El interés como polo de desarrollo que tiene este tipo de centros comerciales es tan evidente, que incluso desde Tacna se ve con cierta preocupación el efecto que pueda tener la construcción del mall y el strip center y su posterior funcionamiento.

Es de esperar que los beneficios que llegan de la mano de estas obras se vayan consolidando y en suma, le permitan a nuestra ciudad seguir nivelando "hacia arriba" su calidad de vida.

En la década del '60, Egipto decidió construir la gran represa de Asuán, para controlar las crecidas del río Nilo. Por el desarrollo de una agricultura intensiva y la generación de electricidad, asumieron el costo de perder el légamo que fertilizaba sus campos de cultivo. El Proyecto, contemplaba la formación de un enorme lago artificial, que inundaría decenas de vestigios arqueológicos del Antiguo Egipto, entre ellos: el Templo de Abu Simbel.

Obra de Ramsés II, en el s. XII antes de nuestra era, fue esculpido en la roca, con una orientación de tal precisión astronómica, que dos veces al año el sol del amanecer iluminaba perpendicularmente 4 colosales estatuas sedentes, labradas en su fachada exterior. Por la puerta de acceso, un rayo de luz penetraba hacia el oscuro espacio interior, avanzaba por sucesivas salas, templetes y columnas osiriacas, hasta llegar a 62 mts. de profundidad, al santuario principal, donde iluminaba otras 3 de 4 estatuas sedentes: Amón Ra, Ramsés II y Ra Horajti; Path, dios del inframundo, permanecía en sombras.

Con el auspicio de Unesco, literalmente se cortó la "montaña templo" en bloques cúbicos, que fueron trasladados a una nueva ubicación, sobre el nivel de las aguas, en la ribera del nuevo Lago Nasser, donde fue reconstruido en forma exacta. Declarado Patrimonio de la Humanidad, cada año recibe miles de turistas.

Nuestro río San José, con sus avenidas endorreicas, deposita toneladas de basura, plástico y restos contaminantes en Playa Chinchorro, terminando así con su temporada veraniega. Lo más lamentable, es ver millones de metros cúbicos de agua dulce perderse en el mar; en una zona de extrema aridez, genera más que una sensación de molestia. En pleno siglo XXI, no dar solución a este pequeño problema, refleja a lo menos, indolencia e irresponsabilidad.

Toda acción humana sobre el medio ambiente, conlleva efectos; la valoración subjetiva de éstos, es lo que llamamos impacto ambiental; cuando son negativos, pueden ser atenuados con medidas mitigadoras, correctivas y/o compensatorias.