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De una esponja crearon hermosos títeres que reflejan sus personalidades

Más adultos que niños concluyeron el taller municipal y ahora proyectan seguir experiencia de forma autónoma.
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A través del taller de muñecos de esponja, un grupo de más adultos que niños crearon hermosos títeres que reflejan las personalidades de quienes los confeccionaron. Si bien la creación fue parte de un taller municipal de verano, los participantes y el tallerista buscan reunirse para darle continuidad a esta iniciativa.

Quien realizó este taller es Marcelo Quevedo, actor y director teatral, quien se ha especializado en teatro de objetos y se ha paseado por Europa con personajes de esponja y trapo.

De colchón a muñeco

Con 15 años de experiencia en el mundo del teatro, Marcelo Quevedo, quien estudió en la Universidad Católica de Santa Cruz de la Sierra, comentó que el teatro de muñecos tiene grandes ventajas, "la persona desarrolla la creatividad, trabaja su capacidad motriz y además explora los muñecos que es un mundo fascinante en el teatro".

De las 18 personas que se inscribieron en el taller, 10 terminaron las clases y siete concluyeron sus muñecos en 12 clases, "para hacer mis muñecos me demoro mucho más, estaban muy animados los chicos y avanzaron súper rápido".

Estas marionetas fueron elaboradas con materiales reutilizados y reciclados de forma íntegra, de hecho la esponja que utilizaron fue sacada de un colchón viejo de Marcelo.

"Con un bloque de esponja, se dibuja el rostro con técnicas de simetría y luego se empieza a cortar y tallar, dejando espacio para mandíbulas y ojos. Después vienen técnicas de relleno y forrado".

El cuerpo es un tema aparte que Marcelo aprendió hace años atrás junto a su par Elías Escobedo, el humano detrás del Lagarto Murdock.

Terapia

En un principio el taller iba a ser enfocado para niños, pero finalmente fue abierto a la comunidad y la mayoría de los que asistieron fueron adultos.

"Las manualidades son relajantes porque el tallar es similar a tejer o el bordado y son cosas de paciencia donde se puede estar conversando y trabajando al mismo tiempo. El efecto secundario es casi desarrollo personal porque se va liberando lo que se tiene guardado".

Las proyecciones de Marcelo son realizar nuevamente este taller, pero con fines más educativos, es decir destinado a sicopedagogos, educadores, monitores, sicólogos o trabajadores sociales, "porque es una herramienta que se puede utilizar. También estamos pensando en hacer intervenciones y grabar, la magia de los títeres en televisión es muy potente".

Todos los personajes que salieron tienen nombres e historias, porque según cuenta Marcelo, los asistentes terminaron haciendo un alter ego o alguien de su entorno que es importante para ellos.

"Estaba Ramiro, que es un clásico chileno que se cree argentino y chanta que quiere hacer negocios, pero nunca tiene plata. Es noble por dentro pero quiere destacar y hacerse visible en la sociedad. Paulina es de una niña que siempre decía que no quería hacer nada y eso lo refleja en su personaje de adolescente rebelde que no es entendida por los adultos

También está el Pastor Belga, que es una mascota que pelea con los gatos y una Salchicha que se rebela ante su ama porque no le gusta lo que trae puesto. Hay una abuelita de una actriz que empezó haciendo a un personaje de la película el Vecino Totoro y terminó haciendo a su verdadera abuela que estuvo enferma y espera trabajar con el personaje en actividades de CuentaCuentos".