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Investigación científica asegura que desarrollo cerebral en el primer año de vida predice el autismo

A partir de análisis obtenidos entre los 6 y 24 meses de edad, niños de alto riesgo fueron diagnosticados con registros en las primeras etapas de mayor crecimiento en la superficie del área cortical del cerebro.
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Un aumento inusual del volumen del cerebro durante el primer año de vida, en comparación con el crecimiento típico en esa etapa, puede predecir un riesgo elevado de que un niño sea diagnosticado con autismo a los dos años, según una investigación publicada por Nature.

Científicos estadounidenses y canadienses estudiaron 106 niños con un hermano diagnosticado con autismo clínico, con alto riesgo de sufrir también el síndrome, y 42 niños sin un historial familiar.

A partir del análisis de neuroimágenes obtenidas entre los seis y los 24 meses de edad, los autores concluyeron que los niños de alto riesgo que fueron efectivamente diagnosticados con autismo habían registrado en las primeras etapas un mayor crecimiento de la superficie del área cortical del cerebro.

Ese incremento está ligado a un exceso de crecimiento cerebral global en el segundo año, lo que a su vez se asocia a los déficits sociales que emergen en ese momento en los niños con autismo.

A partir de un algoritmo de autoaprendizaje, el grupo de la U. de Carolina del Norte, elaboró un software capaz de predecir con exactitud cuáles de los niños iban a ser diagnosticados con autismos a los 24 meses.

Los expertos liderados por la psiquiatra Heather Hazlett, dicen que su hallazgo puede servir para desarrollar herramientas capaces de establecer un diagnóstico temprano del autismo, aunque se requieren más estudios.

Anteriormente, ya se había detectado un aumento del volumen cerebral en niños con autismo, aunque la evolución de esos síntomas y su relación con los cambios de comportamiento asociados a ese desorden continúan sin estar explicados.

Los autores advierten que aún no está claro si el desarrollo anormal del cerebro es una característica específica del autismo, o bien si es un síntoma compartido con otras enfermedades.