Cuenta el comisario Javier Valenzuela Riquelme, jefe antinarcótico de la PDI Arica, que el diseño que usted ve en las estampillas del LSD (Dietilamida de Ácido Lisérgico), donde aparece un ciclista alucinando en medio de montañas, sol y luna, fue creado hace casi un siglo por el mismo inventor de la droga, quien al probarla pedaleó hasta decir basta por los efectos alucinógenos.

Ese sería parte del nacimiento de este tipo de droga semisintética, la misma con que fue sorprendido un colombiano en el control carretero de Cuya, quien más encima portaba las estampillas en los genitales.

El hecho ocurrió en la madrugada, instantes en que el extranjero de 38 años evidenció nerviosismo y contradicciones en medio de la fiscalización del personal de la Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado (Brianco), quien halló el ácido en su ropa interior.

"En total son 1.900 dosis de esta droga, la que si bien su decomiso no es masivo, hay que mencionar que superó las 1.241 que el año pasado se inautó en todo Chile", detalló el comisario Valenzuela.

A la capital

El colombiano traía el LSD desde Tacna, y su próximo paso era llegar a Antofagasta, para luego partir en un vuelo a la capital, donde vendería cada estampilla entre 15 y 20 mil pesos, obteniendo una posible ganancia de 40 millones de pesos, en caso de comercializarla.

Visiones fantasmagóricas, cambios en el estado de ánimo y alucinaciones son parte de los efectos que alguien que consuma el LSD podría sufrir, dependiendo de la cantidad que se ingiera.

El propio comisario Javier Valenzuela agrega que si bien es poco probable que la droga provoque la muerte directamente, sí podría hacerlo por el nivel de alucinaciones que podría tener la persona, ya que "fácilmente podría hacerlo saltar de un edificio con los efectos que adquiera".

El consumo del ácido es de forma sublingual y el mismo oficial añade que las secuelas y la sensación la podría padecer hasta en 30 o 40 años.