Cuando estudiar es sin uniforme, sin compañeros, sin horarios y en la casa
Con apoyo de la familia, profesores particulares o de cursos online, niños y jóvenes se suman a la tendencia del 'Homeschooling", abandonando el sistema tradicional de estudios.
La rutina para un alumno de enseñanza básica o media suele comenzar al alba. Un buen desayuno marca el inicio de una jornada de clases extensa, de unas ocho horas, contando el tiempo destinado a academias extraprogramáticas.
Sin embargo, hay niños y adolescentes que deciden estudiar en sus hogares, con el apoyo de familiares o profesores particulares. Otros más modernos, optan por contratar servicios educativos online que los preparan para la rendición de exámenes libres a final de año.
Más allá de esta opción, que en Arica sigue siendo solo para casos justificados, en otras ciudades ya es casi una moda, donde los padres, aburridos de un sistema que dicen, está más centrado en los resultados académicos que en la formación integral, deciden retirar a sus hijos del colegio para emprender el rumbo del estudio desde el hogar o "Homeschooling", como se le llama a la tendencia.
El arte manda
Andrea Aguirre es madre de Julieta y Matilda, ambas de 12 años. Llegaron a Arica en septiembre del año pasado desde Valparaíso ¿El motivo? La familia lleva una vida nómade, recorriendo diversos lugares del país gracias a la música.
Esta opción de vida hizo que las pequeñas tuvieran que abandonar el sistema escolar, por seguir un estilo de vida que al principio, era solo de sus progenitores.
"Durante un verano ellas nos tuvieron que acompañar. Siempre quedaban al cuidado de su abuela, sin embargo, en ese tiempo, durante una semana ella no pudo cuidarlas. Como nosotros tampoco podemos dejar el trabajo, nos acompañaron y yo creo que de aburridas, empezaron a tocar con nosotros", cuenta Andrea.
El grupo familiar conforma 'Los Rojelios'. Diariamente se les puede ver en el Paseo 21 de Mayo animando a los transeúntes al ritmo de cumbias y sones cubanos.
"Pasado el verano teníamos todo listo para que asistieran a clases como corresponde. Habíamos comprado los uniformes, los útiles, todo. Pero solo fueron un día a clases".
Así fue como las menores se sumaron a la travesía y, hoy en día, recorren de norte a sur el país acompañando a sus padres para cantar y tocar con ellos.
"Al principio contratamos una profesora básica que les reforzaba la lecto escritura que es algo complicado. En ese tiempo les fue excelente, tuvieron un promedio final en los exámenes libres de 6.6", destacó Andrea, quien es profesora de música.
Para los años siguientes, asume que ella, como madre y profesional, se fue integrando más en la formación de las menores. Finalmente, en tercero básico, optó por dejar la contratación de la profesora a un lado y seguir ella con sus hijas. El resultado fue excelente. Tuvieron promedio 6.9 en las pruebas.
"Tenemos una metodología de estudio. Para lenguaje y matemática, por ejemplo, no importa en qué ciudad estemos, siempre buscamos un lugar fijo. Ese espacio es para nosotras, la sala de clases".
Pero otras áreas, como historia, geografía o ciencias son más experimentales a juicio de Andrea, por lo que aprovechan sus viajes para desde la experiencia, ir aprendiendo.
Para el psicólogo Andrés Sepúlveda, lo ideal es que los niños vivan la escuela más allá del desarrollo de habilidades cognitivas.
"Un establecimiento educacional aporta en formación global desde el área de la convivencia escolar, los derechos y deberes de los alumnos y su formación ciudadana y social".
Sepúlveda enfatizó que aunque estudiar desde el hogar puede ser positivo en términos de resultados académicos, no proporciona instancias de desarrollo social tales como la comunicación o la afectividad con los pares. "Es muy importante que el alumno se sienta parte de un grupo y en la escuela es el lugar donde estas habilidades se potencian". Andrea reconoce que sus hijas extrañan a sus compañeros de aula y es que, como todo niño, siempre van a querer jugar con otros. "Tratamos que sociabilicen lo más posible, dándoles espacio y tiempo para la recreación y para que interactúen con otros de su edad".
Desde el computador
Aline Gálvez perdió dos años de escolaridad en la básica por motivos personales y de salud. Actualmente tiene 17 años y seguir en el colegio no le acomodaba, pues es mayor que sus compañeros y se sentía fuera de lugar.
Un día le planteó a su madre la idea de dejar el sistema y estudiar a través de una academia online, con profesores virtuales que la preparaban para rendir exámenes libres.
"Era súper incómodo, porque sentía que mis compañeros eran súper inmaduros. Lo hablé con mi mamá y me apoyó. Supe de la academia y me matriculé".
Aline, en un principio, se tomó el desafío despreocupadamente. De pasar de un régimen con horarios que cumplir, pasó a uno totalmente libre, por lo que ella misma confiesa "me relajé y empecé a verlo como vacaciones".
Con el pasar del tiempo entendió que estudiar de esta forma también requiere de esfuerzo y dedicación. "En la academia nos dan un horario, que es donde podemos acceder a los profesores y hacerles las consultas en línea. Esto es de las 8 a las 14 horas. Aunque es opcional, trato de respetar este horario para prepararme mejor para las pruebas finales", dijo.
La joven estudia en Think Academy, institución que se promociona en internet como 'Colegio virtual internacional'. Este establecimiento virtual reemplaza al tradicional con cursos que van de kinder a 4° medio y que se pueden tomar en cualquier parte. Solo es necesario un computador y la conexión a internet.
Escuela irremplazable
Ciento veintiún estudiantes menores de 18 años dieron exámenes libres en el 2016 en Arica. Esta cifra es baja respecto al total nacional, donde cada año, unos 10 mil a 12 mil alumnos rinden este tipo de evaluación.
"Los exámenes libres dan la posibilidad de validar estudios en educación básica y media. Hay situaciones que interrumpen el proceso de asistir a la escolaridad tradicional, por eso se brinda esta opción", comentó la seremi de Educación, Giullia Olivera.
Para la autoridad, la unidad educativa es el principal ente de socialización y es ahí donde el alumno se forma en otro tipo de habilidades como la inteligencia emocional, la resiliencia y la tolerancia.
"El alumno tiene una formación holística en la escuela y nadie asegura que la obtengan fuera de ella. Se puede formar parte de una elite, pero la realidad es que para crecer en experiencias, la unidad educativa es el mejor lugar".
Por otra parte Olivera destaca que a través de los exámenes libres se dejan de lado aspectos tan importantes como la educación física o la educación artística y que con la validación de estudios siempre se va a buscar que el niño retorne al sistema. Sepúlveda concuerda con esta mirada. "Si el niño o adolescente presenta problemas de salud o ha sufrido algún tipo de vulneración de derechos, es fundamental que el tema sea analizado por los profesionales con los que cuenta el establecimiento. Si se agotaron las instancias, entonces hay que tomar otro tipo de medidas. Pero lo ideal es que no deje el establecimiento", explicó el psicólogo. Uno de los ejes importantes de la política escolar nacional es fomentar la sana convivencia. Y es que más allá del concepto, se espera que cada miembro de la comunidad educativa tenga el espacio que corresponde en un ambiente de respeto y tolerancia.
"Esa es la gran clave. Que el alumno se sienta feliz y realizado en su escuela", finalizó Olivera.