Secciones

Ingresarán a la U gracias a "golpe a la inequidad"

Mediante el PACE, del Ministerio de Educación, 19 alumnos de Arica están matriculados en alguna carrera sin necesidad de haber obtenido un buen puntaje PSU.
E-mail Compartir

Natalia Rojas es una joven de esfuerzo. Su presentación impecable y su hablar correcto y pausado, demuestran que es una buena alumna y que a sus 17 años, tiene las ideas claras.

Natalia es una de las 19 estudiantes que se matriculó en la universidad gracias al Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE) que desde el 2015 el Ministerio de Educación implementa en la región.

La joven egresó del liceo municipal Antonio Varas de la Barra. Ahí sacó el técnico en Administración. Y aunque siempre soñó con ingresar a la educación superior, nunca imaginó que lo lograría, pues la formación que se imparte en este tipo de establecimiento, dista bastante de la de un científico humanista.

Los conocimientos tan distintos a los que necesita cualquier joven al momento de enfrentarse a la PSU le pasaron la cuenta. También dice que se puso nerviosa en el examen, que su cabeza quedó en blanco. Estos contratiempos hicieron finalmente, que su puntaje PSU fuera bajísimo. Sin embargo, figura matriculada en la carrera de tecnología médica, mención imagenología en la Universidad de Tarapacá.

¿cómo funciona?

El PACE nació en el marco de la Reforma Educacional y busca restituir el derecho a la educación superior a estudiantes de sectores vulnerables. Este programa permite que alumnos de buen desempeño académico puedan postular a alguna carrera universitaria sin necesidad de presentar un puntaje de corte en la PSU.

"Con esto estamos ofreciendo una mejor calidad de vida a las familias que están detrás de estos alumnos. Estas son oportunidades que se deben aprovechar con responsabilidad y compromiso", manifestó la seremi de Educación, Giullia Olivera.

El PACE ofrece preparación a los estudiantes desde tercer año medio y además, los acompaña durante el primer año en la educación superior, con una etapa de nivelación para que puedan mantenerse en el sistema y lograr su titulación.

"Se trata de un verdadero programa de acompañamiento afectivo también, ya que no solo se ve el tema académico. También se da contención, resiliencia a través de una dupla psicosocial", explicó Olivera.

Para los próximos años este programa espera ir creciendo. En el 2017 beneficiará a 1.500 jóvenes de la región que deberán cumplir con un mínimo de asistencia del 85% y obtener los primeros promedios del curso.

Lo que siempre soñé

Lissette Paz es oriunda de Santa Cruz, Bolivia. Hace cinco años llegó a Arica a estudiar la enseñanza media. Ya egresada de un liceo técnico profesional, también se matriculó en la UTA gracias al PACE.

"Tuve el beneficio de entrar a la carrera porque con el puntaje de la PSU no me daba para postular. Fue emocionante porque ni siquiera sabía si había quedado en la universidad. Cuando supe, me dio un ataque de nervios y lloré. Toda la familia se reunió y me felicitaron por entrar a la carrera. Aunque no me gusta mucho leer, voy a tener que poner lo mejor de mí", cuenta.

Lisette es hija única y confiesa que siempre soñó con estudiar derecho. Hoy, que ve su sueño a punto de concretarse, se mostró satisfecha de que los años de estudio en el liceo hayan valido la pena.

"Esto es un verdadero golpe a la inequidad, hay posibilidades para desarrollarse y el bolsillo no va a interferir en los talentos", insistió la seremi.

Jeremy Toledo, tenía promedio seis en el liceo pero al igual que sus compañeras, no le fue bien en la PSU. Dice que la única clave para ser un buen alumno está en asistir a clases y prestar mucha atención a los contenidos.

"Me matriculé en arquitectura en Iquique. Estaba entre eso o psicología. Soy el segundo de cuatro hermanos y el primero de la familia que ingresará a la universidad".

El estudiante ahora enfrentará el desafío de vivir lejos de la familia, junto a unos tíos que tiene en Alto Hospicio, aunque confiesa que quiere postular a una beca de residencia en Iquique.

"Las familias no tendrán la deuda aproximada de tres millones anuales, que es lo que cuesta una carrera. Esto no es un regalo ni un beneficio, es el derecho que se tiene cuando existe sacrificio y dedicación", finalizó Olivera.