Preguntas: ¿Hace cuánto tiempo que no ha estado en silencio? Si lo ha estado, ¿Por cuánto tiempo? Su rutina la componen el celular, la TV, ¿los llevará a la playa? ¿a la montaña?
Podemos definir al silencio como la ausencia absoluta de sonido, lo cual sabemos es difícil hallar en el mundo, tanto en la naturaleza como en el medio urbano, ya que siempre está en movimiento. Sin embargo, conscientes de ese momento parecido a la calma, nos estamos sintiendo más agobiados por los momentos de silencio que por los de no-silencio. Digo esto porque en muchas situaciones cotidianas no encuentro explicación a elevar la emisión sonora a niveles importantes. Recreen esta situación: Navidad, 21 de mayo, 200 locales comerciales, 70 fuentes sonoras distintas y potentes. Algo similar en las ramadas. ¿El que tiene la música más fuerte se lleva la clientela? ¿Es la ley del equipo más fuerte? Bueno, ya pasamos esa época del año. Nos vamos de vacaciones a buscar relajo… ¿seguro?
Situación 2: Playa El Laucho. 2 o 3 fuentes sonoras en disputa. Acá pasa el mismo fenómeno de territorialidad, que entre medio de la gente y los comerciantes ambulantes, busca imponer el gusto musical de sus dueños (los cuales no tienen por qué ser mis gustos) con quizás las mejores intenciones pero con discutibles efectos en los veraneantes. Ya es una playa que no suena a playa. Suena a pub, a clase de aeróbica, a auto de adolescente. Dejó de sonar como playa cuando dejamos de oír la brisa veraniega, las gaviotas que pasan, las olas que revientan o llegan a la orilla y se mezclan con la arena, las rocas, los niños, la gente que busca relajo: Es una playa que deja de ser playa.
Puedo entender que el ser humano siga sintiendo angustia ante una ausencia como el silencio. Recurriremos a la música para saciar nuestras necesidades espirituales creo que eternamente. Ahora, lo que veo es que lo hacemos para paliar nuestras incomodidades, inseguridades o miedos. Una frase: Todos los problemas del hombre provienen de su incapacidad de estar en silencio a solas en su habitación. ¿No queremos reflexionar, pensar o relajarnos? La consigna actual parecería indicar que no, y que la forma sería aplacar al silencio en todas las partes posibles con música que no necesariamente le tiene que agradar a la gente.
Roger Henry