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DT formador de cracks quiere volver a su tierra

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Ha pasado por varios clubes en su calidad de entrenador de fútbol titulado en la primera promoción del INAF y ahora le gustaría retornar a su tierra.

Se trata del ariqueño Iván Andrés Endre Saavedra, quien ha colaborado en la formación de varios cracks que hoy la rompen por el mundo entero.

Entre los que recibieron sus enseñanzas están Mauricio Isla, Christopher Toselli, Jean Paul Pineda, al colocolino Juan Delgado, al mismo Renato González, y el "mota" González; ambos ex San Marcos de Arica.

Iván Endre Saavedra, luego de egresar como entrenador tuvo pasos por Malleco Unido, Lota, Naval de Talcahuano, y la misma Universidad Católica donde trabajó con Mario Lepe ganando una Copa Chile.

En su calidad de formador estuvo en cadetes de la filial La Serena en Santiago, en Palestino, la UC y Colo Colo.

El entrenador afirma que "me gustaría dirigir en San Marcos y más que eso trabajar en la formación de jugadores en un proceso que perdure en el tiempo".

A su juicio "los jugadores que surgen es a veces algo más fortuito porque no hay políticas deportivas claras".

Acerca del actual sistema de campeonato, opina que "está pasando por un ajuste y allí todo se ve mal, y luego vendrá el torneo de transición que va a poner nerviosos a clubes".

El ofertón a las federaciones para el Mundial 2026

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Hace ya un par de meses, FIFA cambió el nombre a su principal órgano de decisión: el Consejo reemplazó al Comité Ejecutivo.

Cambio de nombre, un poco de maquillaje y nada más. La votación respecto del aumento de selecciones para la Copa del Mundo desde el 2026, así lo refleja.

Era imposible -sí, imposible- que algún miembro se opusiera al aumento de naciones en la Copa del Mundo. Así, se pasó de 32 a 48. Un aumento de un 50%.

La Copa del Mundo partió con 13 selecciones, en 1930. Pronto, desde la segunda versión Italia 1934, se estabilizó el 16 y, a partir de España 1982, subió a 24. Un nuevo aumento se registró en Francia 1998, llegando a 32.

Parecía el número perfecto para la competencia más importante del mundo.

Pero no. Desde el 2026, jugarán la Copa del Mundo 48 equipos.

¿Por qué digo que era imposible oponerse? Pues porque nadie -en su sano juicio- está dispuesto a votar en contra de algo que no tiene complicaciones éticas ni morales, y que le puede favorecer.

Así no más fue: se votó pensando en que mientras más participantes, mayores chances de llegar a la cita mundialista.

El canadiense Victor Montagliani, presidente de CONCACAF (Norte, Centro América y el Caribe) apoyó la idea diciendo que "con este aumento, creo que hay muchísimas posibilidades de que una postulación tripartita -Canadá, México y Estados Unidos- organice la Copa del Mundo 2026".

Este incremento en el número de participantes, no produce variaciones en la cantidad de días -32- aunque sí, en el número de partidos.

Hasta el mundial de Qatar 2022, se jugarán 64 partidos. Después, serán 80. Un incremento de un 25%.

Aunque nadie ha visto el informe que sustente las cifras, FIFA dice que se recaudarán cerca de mil millones de dólares más que ahora.

Pero hay otros ingresos encubiertos, que harán más atractivo a los países competir por ser sede de la Copa.

Si la sede del Mundial del 2022 fuese Estados Unidos, la asistencia esperada de público sería de cinco millones de espectadores.

El aumento, llevará a superar los seis millones. Y eso, en términos financieros, es una fortuna. No sólo en la venta de entradas, sino que en todos los ingresos que genera este millón nuevo de espectadores.

Ahí está el quid económico del crecimiento.

En lo deportivo, sólo hay incertezas. Está claro que en una Copa del Mundo con 48 equipos, habrá algunos que en el papel son más débiles. Pero el aumento en la EuroCopa (de 16 a 24 equipos) nos demostró lo inverso. Países como Gales, Islandia e Irlanda del Norte, que comúnmente no clasifican, le dieron otro cariz al torneo europeo.

Por ello, nadie puede concluir, a priori, que el efecto en lo deportivo será tremendamente perjudicial.

Desde 2026, jugarán en 16 grupos de tres equipos, cada uno. Para evitar la "conveniencia" del empate, tras cada partido terminado en empate, habrá lanzamientos penales para dejar siempre un ganador.

Avanzaran los dos primeros de cada grupo y, de ahí en más, eliminación directa hasta mostrarle al mundo los dos finalistas.

"Puros beneficios, ningún costo" dijo el presidente de FIFA, Gianni Infantino, a la prensa cuando comunicó la decisión.

Una afirmación refutable. Pero nadie lo hará. Sería un sin sentido, pues no conozco a ningún presidente de federación que no esté dispuesto a realizar lo imposible para llegar a un mundial.

Desde 2026, lo imposible se verá reducido a la mitad.

*Ex presidente de la ANFP y presidente de la fundación Ganamos Todos, dedicada a conectar el deporte con el desarrollo de las personas, aportando a la prevención de la vida sedentaria y el sobrepeso, a través de la práctica deportiva. / www.ganamostodos.cl"