Efectos de una cultura preventiva
Tras el terremoto que este domingo azotó a parte de la zona sur de nuestro país, de inmediato apareció la lógica preocupación de todo un país, pero también, los análisis críticos a la manera como se ha manejado la emergencia. Lo primero que se debe convenir es que la isla de Chiloé, principalmente, resistió bien un sismo que para otros países podría haber sido una tragedia mayúscula, una catástrofe de proporciones. Más allá de algunos daños puntuales y de las desgracias materiales que lamentaron muchos hogares, es importante que no haya pérdidas de vidas humanas.
Los análisis de los efectos que tuvo este evento en la infraestructura pública es una tarea que ya ha asumido el ministerio respectivo, y se espera que dentro de la semana la conectividad vial en la zona pueda estar completamente restablecida. Sin embargo, otros servicios como la electricidad y el agua no sufrieron trastornos tan graves, para éste que fue el séptimo terremoto más importante del mundo durante 2016.
En general, tras el temblor queda la imagen de una tierra chilota que supo enfrentar este embate con tranquilidad, madurez y preparación. De hecho, las conclusiones que en general se pueden hacer apuntan a la buena reacción que en general hubo ante el sismo, y es por eso que ahora también los trastornos se analizan de una manera más severa, como es lo que ha ocurrido con la conectividad vial.
Luego de terremotos como el de Coquimbo y Chiloé, incluso el que se registró en nuestra región y Tarapacá en 2014, se puede decir que la cultura y la preparación de la comunidad ante estas emergencias han avanzado notablemente. Esto, desde lo ocurrido en el catastrófico terremoto del 27 de febrero de 2010 en el Biobío.
Vale la pena detenernos en analizar aquellas fortalezas que nuestro país ha logrado construir a partir de las catástrofes. Hoy se oyen críticas por las advertencias, si eran o no pertinentes. Antes, el país completo lamentó que simplemente, no hubo advertencias.
Las experiencias han ido construyendo una cultura preventiva, cuyos efectos se agradecen.