Auna semana de que se realizara oficialmente el cambio de mando en la Municipalidad de Arica, la nueva administración que encabeza el alcalde Gerardo Espíndola ha comenzado ya a navegar por el permanentemente turbulento mar que significa conducir a una comuna, en cualquier parte del país.

Ayer, la prensa nacional daba cuenta, por ejemplo, de las condiciones en las que nuevos jefes comunales en distintas ciudades y regiones del país, recibían las respectivas administraciones. En algunos casos, se hablaba de deudas millonarias, de compromisos, de amarres y otras situaciones con las que debían llegar a lidiar los nuevos alcaldes y sus equipos.

El caso de Arica no ha sido precisamente traumático ni conflictivo, por lo menos hasta ahora. Hay que recordar que el "fair play" que aplicó la administración anterior a la hora de entregar el cargo, se hizo notar en diversas acciones, particularmente en encuentro informativos.

Diferentes servicios y sus jefaturas se reunieron antes del cambio de mando con el entonces futuro alcalde, para darle a conocer el estado y desempeño de las reparticiones. En otras palabras, una breve cuenta de gestión y estado de jefaturas y servicios a quienes pasarían a ser los nuevos encargados comunales.

Fue de público conocimiento que, de distintas maneras, el municipio no hizo distingos a la hora de entregar apoyo, especialmente en términos de difusión, a las actividades relacionadas con el gobierno comunal que realizó Espíndola aún antes de que asumiera como alcalde.

Sin duda se trata de un ejemplo de madurez y altura de miras de parte de las autoridades y funcionarios que dejaron el cargo, como también de quienes recientemente han asumido. Acciones que se distancian muchas veces del clima beligerante y las tensiones propias de la política hoy en día.

Sin embargo, con el correr de la nueva administración municipal se espera que también se conozcan aquellos aspectos diferenciadores y que marquen sus nuevos caminos, aun cuando esto significa eventualmente develar falencias y reveses de administraciones pasadas.

Talento ignorado

Hay personas talentosas que no saben que lo son, poseen talento pero la inseguridad les juega en contra Un buen autoconocimiento apoyado por adecuada asistencia profesional les ayudaría bastante. El tener escaso o nulo conocimiento de las potencialidades les hacen perder posibilidades. Muchos profesionales establecen que previo exámenes desarrollados, quienes son afectados por esta situación son personas normales y que sus incapacidades responden a falta de resolución. Les cuesta convencerse que poseen potencialidades que se encuentran latentes. Si no se hace nada por actualizarlas quedarán en tal estado. El potencial siempre da muestras de su presencia pero hay que trabajarlo. En la escuela no resulta una tarea difícil de abordar. Los profesionales de la educación y los equipos de apoyo formados por especialistas de psicología, orientación, psicopedagogía, pueden proporcionar un aporte importante a la gestión docente en estas tareas. El "no puedo con las matemáticas", "me cuesta hablar delante otros", "me es difícil aprender inglés", a menudo responden más a justificaciones que a limitantes excepto se trate de situaciones anómalas que ameriten atención especializada. Los seres humanos siempre necesitaremos ayuda en algún momento de nuestra vida. Algunos a través de toda la existencia, otros de tiempo en tiempo en situaciones de crisis. La incapacidad de resolver los problemas se manifiesta particularmente en los adolescentes. El siglo XXI plantea un desafío: la adaptación a los cambios. En este contexto vertiginoso, día a día más exigente el desperdicio del talento resulta lamentable. Está probado que los seres humanos usamos parte de nuestro potencial, alejados de tantas facultades que no utilizamos. El descubrimiento de potencialidades tiene origen en el hogar, continúa con el aporte educativo reflejo del medio circundante y sistemático de la escuela apoyados por las ciencias que asisten en el descubrimiento, desarrollo y canalización de las potencialidades.