Hoy (martes 6 de diciembre) asumió el nuevo alcalde de Arica, electo con 11.531 votos y con el 24,49% de los que votaron, Don Gerardo Espindola Rojas.
No manejará sólo casi $ 100.000 millones de pesos de presupuesto comunal, más otros fondos, si no que también la Salud Pública Primaria y la Educación Estatal. También un municipio, con sus dependencias desperdigonadas por la ciudad, (no tememos un Edificio Consistorial). Capital Regional, que limita con dos países. Con un flujo de inmigrantes permanente. Con desafíos inmensos por delante, iluminación, descongestión vial, acercarse más a la agricultura, al turismo, a la arqueología, en fin desafíos enormes por asumir.
Pero lo más importante, que detrás de su gestión, estamos todos, las 210.000 personas que habitan esta querida y sufrida ciudad. Nosotros vivimos en carne propia, cuando hay una mala gestión municipal
No nos quedemos en el pasado, miremos hacia adelante,veamos el futuro con optimismo, lo necesitamos.
Mucha suerte Sr. Espindola, en su gestión, nuestro bienestar y nuestra cotidianidad, esta en sus manos.
La lógica populista
La lógica populista pretende construir un movimiento político hegemónico capaz de copar el poder, concentrar el mismo y sobrevivir a lo largo del tiempo, respondiendo a los intereses de una minoría política bien organizada. Ciertamente, el descontento sirve de mecha populista, pero se necesita un líder carismático que compacte el discurso y el conjunto de demandas insatisfechas existentes entre determinados grupos de la población. El régimen populista concentra el poder, muchas veces, mediante nuevas organizaciones políticas con líderes carismáticos megalómanos que conectan con el abstracto pueblo al que dicen representar y defender. Las estructuras resultantes son a menudo jerarquizadas, muy verticales, con nula democracia interna, en las que el líder y su equipo más cercano controlan férreamente el aparato del partido.
Mario Concha Sanhueza
Eduardo Fernández Luiña
Consejero Instituto Juan de Mariana