"Primeros seres vivos habrían llegado a La Tierra en meteoritos"
Esa es la certeza que avalan dos astrónomos de reconocimiento mundial. Pero que también ha despertado el escepticismo en la vereda científica contraria. Sepa de unas teorías que tal vez lo dejen mirando estrellas.
Se ha dicho (Génesis, III, 19): "De polvo eres, y en polvo te convertirás".
Allá arriba, cerca de las estrellas, el horizonte está siempre más lejos de lo que parece. Un entorno que sólo ha conocido el silencio. De brillante claridad en el que no hay aire. Y en el que la perspectiva humana, como diría el polémico cosmonauta norteamericano Edgar Mitchell, se altera ante tal paisaje.
Houston, problemas
Acá abajo, unos profundos y saltones ojos oscuros se proyectan como un barril sin fondo. Parecen sondearlo todo alrededor. Impactan de igual manera que su pausada personalidad. Como un zen, aquella articulada paciencia se ve sólo algo alterada cuando salta una pregunta. Una pregunta propia de un escéptico a la cual seguramente ha debido responder en infinidad de veces en foros como el que hoy se presenta en el Salón de Honor de la PUCV.
O, que podría ser lo mismo para Nalin Chandra Wickramasinghe, astrónomo y astrobiológico británico de origen cingalés: probar lo improbable para algunos entendidos.
Pero vayamos por parte. Wickramasinghe es coautor de la Teoría de la Panspermia: hipótesis que propone que la vida puede tener su origen en cualquier parte del universo. Y no es todo, sujétese la cabeza, a dos manos: 1) Que probablemente la vida en La Tierra proviene del exterior. 2) Que los primeros seres vivos habrían llegado posiblemente en meteoritos… o cometas desde el espacio a nuestro Planeta.
A su lado se ubica, y en apacible calma, otra mente brillante. También aliado en esta cofradía rupturista que choca en ideales contra otros tipos igual de brillantes, pero cancerberos de las leyes y teorías tal cual hoy las concebimos.
Se trata de Jayant Narlikar, astrofísico (Universidad de Cambridge) reconocido internacionalmente, oriundo de India. Al detalle: un conocido defensor de la Teoría del Estado Estacionario que propone que la disminución de la densidad que produce el universo al expandirse se compensa con una creación continua de materia. Ojo. Su peso en esto: propuso una síntesis entre la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y el Principio de Mach (hipótesis sobre la naturaleza de las fuerzas no inerciales).
Bacterias y meteoritos
Walt Whitman, poeta que gustaba del realismo filosófico, en su 'Canto de mí mismo', lo ideaba así: "Los objetos del universo confluyen perpetuamente hacia mí. Para mí han sido descritos y debo descifrar su sentido".
Pero eso es poesía. En ciencia, aunque Nalin Chandra también le hace a las odas poéticas como revela, cuenta que de joven batalló duro para expandir sus ideas desde que las puso en órbita. Primero a través de un doctorado y luego encerrado en laboratorios. En retrospectiva, en los años '60, la visión de los científicos era rigurosa. Por ejemplo, las nubes congeladas en el espacio estaban hechas de hielo.
Eso motivó al astrobiológico británico de origen cingalés a indagar a fondo. Más adelante, se supo que las partículas de polvo estaban hechas de carbono y no oxígeno. A fines de los años sesenta, las observaciones sobre la atmósfera eran posibles: ya orbitaban los satélites. De los setenta en adelante, hubo grandes avances en la astronomía. ¡Bingo!
Y entre esos, los postulados de Nalin Chandra: "Sí, había una señal de las bacterias presentes en estas moléculas orgánicas esparcidas en el espacio". Al ser un especialista del polvo interestelar, en 1974, publicó que "el polvo interestelar y el polvo presente en las colas de los cometas son orgánicos". Eso motivó a Wickramasinghe, en colaboración con el experto Fred Hoyle, ha impulsar la Teoría de la Panspermia. Un dolor de cabeza para los puristas.
Su hermano, también astrónomo pero en Australia, tuvo acceso a un potente telescopio. Con la mira puesta en una galaxia y siguiendo los cánones de Nalin Chandra... observó el infrarrojo, que avalaba tal teoría.
Lo trascendente de esto, es que toda esta investigación de años derivó en una segunda patita. Ponga atención a lo siguiente: el origen de algunas enfermedades infecciosas procede del universo. Y, ¿cómo sería eso?. "Simple, a través del curso que toman los cometas en sus recorridos. Esos microorganismos se alojan en su cola (saturada de gases)", confirma Nalin Chandra Wickramasinghe.
Para el astrónomo, en los últimos 10 años, esos microorganismos se han tornado más robustos. "Atraviesan la atmósfera terrestre. Resisten miles de grados celsius. Esas propiedades de bacterias y virus extraterrestres no yacen en las naves espaciales". Entonces, cabe la pregunta: ¿pueden sobrevivir esos mismos organismos en los cometas? Nalin Chandra tiene la respuesta: "Sí, pueden sobrevivir incluso miles de años en los meteoritos". Y no termina allí: "En un cometa se descubrió células de oxígeno y elementos orgánicos como el metano. ¡Esto es asombroso! Da evidencia de que puede haber vida en otros planetas".
Al respecto, en 2013, un artículo de Wickramasinghe publicado en el huffingtonpost.com titulado "Las Diatomeas Fósiles en un Nuevo Meteorito Carbonoso", despertó polémica: allí aseguraba haber encontrado pruebas sólidas de que la vida existe en todo el Universo.
Para el director del Centro de Astrobiología de Buckingham en Reino Unido el descubrimiento de un meteorito con características de microestructura y morfología de una amplia clase de diatomeas terrestres daba la prueba inequívoca (para la biología) de que existe vida fuera del planeta Tierra.
"Ese meteorito es considerado como un fragmento de un cometa extinto, la idea de la vida microbiana llevada en los cometas y la Teoría de la Panspermia cometaria se ve así reivindicada", escribiría Wickramasinghe en dicho trabajo de investigación.
Sus detractores han afirmado que el meteorito en cuestión no procede del espacio exterior: sería simplemente una roca terrestre. Al respecto, Phil Plait, reconocido astrónomo, le tiró dardos a la yugular de la teoría. Plait afirmó que las diatomeas encontradas por Wickramasinghe son "simplemente una especie de agua dulce que se encuentran en la Tierra".
Y para picar aún más las cosas, Nalin Chandra replicaría: las bacterias encontradas en meteoritos serían restos de la formación de los planetas exteriores (Urano y Neptuno). Eso, a juicio del también autor o coautor de más de 25 libros y más de 350 artículos científicos sobre astronomía y astrobiología, sería causal de enfermedades detectadas en La Tierra. Así, en 2003, en una carta a The Lancet, sugirió un origen extraterrestre para el temido SRAS.
Odisea Espacial
El 30 de octubre de 1938, el genial todoterreno Orson Welles adaptó el clásico 'La guerra de los mundos', aquella novela de ciencia ficción de H.G Wells. Un dramatizado guión radial en el cual se narraba la caída de meteoritos correspondientes a supuestas naves marcianas, fue lanzado al aire en vivo. Esto hizo que la gente se aventara a las calles, corriera histérica y se decretara alarma nacional en Estados Unidos.
Los tiempos ya no están para el desmadre radial de Welles. Sin embargo, la anécdota anterior tiene una similitud con estos dos astrónomos, hoy en Valparaíso: los meteoritos. Es allí, a juicio del astrofísico Jayant Narlikar (Premio Academia Nacional de Ciencias de la India), donde los cometas, al acercarse al Sol, se descongelan. "El cometa tiene y lleva microorganismos congelados como bacterias y virus. Al descongelarse cerca del Sol, éstos se pueden soltar e ir a la cola del cometa". Y agrega: "Si estas bacterias pasan por la atmósfera de algún planeta, éstas pueden llegar a caer. Eso es lo interesante", explaya.
El 20 de enero de 2001 fue una fecha especial. Ese día la Organización de Investigación Espacial de la India -liderada por Wickramasinghe- llevó a cabo un vuelo en globo desde Hyderabad (India) con un objetivo: recoger el polvo estratosférico a una altura de 41 kilómetros. ¿La idea? Someterlo a pruebas. Detectar la presencia de células vivas. Esos datos, darían evidencia de la existencia de microorganismos a más de 40 kilómetros de suelo terrestre. O, como concuerdan ambos científicos -Nalin Chandra y Narlikar-, el mejor indicador actual de la Teoría de la Panspermia: la introducción de las bacterias transportadas por los cometas.
Al respecto, Narlikar afirma que en adelante biólogos expertos demostraron que habían tres tipos de bacterias encontradas en la atmósfera, resistentes a la radiación. "¡Tres bacterias nuevas, completamente diferentes a las de La Tierra!", acota.
La reflexión de Narlikar: "Si mantenemos nuestra mente abierta, podemos decir que estas bacterias pudieron llegar del espacio. Y que serían extraterrestres. Algo que estamos por probar".