Lecciones
En medio de una sociedad cargada de desconfianzas, de estereotipos y de una rápida obsolescencia de todo lo que hoy la construye, la búsqueda de guías para vivir, resolver dudas y encontrar respuestas se ha hecho un desafío cotidiano. En ese contexto, la Municipalidad de Santiago editó el libro "100 preguntas sobre sexualidad adolescente", que durante la semana se tomó las redes sociales como materia de debate.
En su prólogo, precisamente el libro se plantea como una necesidad a un problema complejo y que no está resuelto. En la presentación, indica que por mucho tiempo la opción de acceder a información completa, abierta y clara "no ha estado disponible para la población y, particularmente, para los jóvenes", si de sexualidad se trata.
Así, la publicación ha sumado tanto respaldo como también detractores. Algunos especialistas, particularmente sicólogos y siquiatras, como en el caso de Ricardo Capponi, director del Centro de Educación Sexual Integral, quien calificó el libro como "un tipo de educación aberrante". En contraposición están quienes apoyan el visualizar la sexualidad, especialmente a los más jóvenes, y dejar que este tema sea un tabú.
La polémica que se ha levantado ha recorrido un largo camino, desde los criticados dichos del senador Ossandón -los que posteriormente aclararía y sobre los cuales se excusaría- hasta las opiniones y análisis en términos valóricos y sociales, apuntando a la pertinencia de generar una discusión que parece extemporánea para jóvenes del Siglo XXI.
Sin perjuicio de los análisis técnicos, valóricos o incluso legales -en el caso de una pregunta que involucra sexo y menores de edad- no deja de llamar la atención un hecho que tiene que ver con el libro como una consecuencia, más que una causa. Todo indica que con toda la tecnología y modernidad de este tiempo, la familia no es suficiente para resolver estos problemas y la discusión que tendría que darse en un círculo mucho más cercano y afectivo, se da a partir de una obra que viene a responder a una necesidad no resuelta, tal como se plantea en el mismo prólogo.
El libro, al fin y al cabo, termina siendo un llamado que apunta a la comunicación y la relación entre padres e hijos.