El concepto no es nuevo, ya que en la década del 90, para estimular el desarrollo de la economía, se introdujo en el país la idea de la obsolescencia de los bienes durables y de consumo. Es cosa de recordar como nos sorprendió el hecho que de pronto resultaba más conveniente comprar una lavadora o refrigerador nuevo, en vez de reparar el noble artefacto, que nos había servido por décadas.

Así, con el paso de los años, la otrora tímida sugerencia de consumir en vez de reparar, se ha transformado en un principio sine qua non de nuestra sociedad. Es así que reemplazamos los televisores plasma por LED inteligentes, a la vez que, sin pensarlo dos veces, desechamos nuestro celular- que aún funciona - cada vez que aparece un nuevo modelo en el mercado.

Sin embargo hay rubros en los que el reemplazo automático no funciona. Pienso en mega sistemas, como la estructura vial; vale decir las calles, carreteras y autopistas, que en la actualidad reciben cada vez menos reparaciones y mantención, a la espera de ser reemplazadas por nuevos pavimentos.

El problema es que de continuar esta tendencia - por falta de recursos- en los próximos años, los baches y hoyos en las calles y veredas se multiplicarán en forma geométrica, mientras los ariqueños continuaremos esperando la reconstrucción de cientos, sino miles de kilómetros de vías peatonales y calzadas, que hoy se encuentran en pésimo estado. ¿Habrán reflexionado al respecto las autoridades competentes ?

Ante estas circunstancias y mientras se encuentra un punto de equilibrio entre la estrategia de la obsolescencia programada y el sentido común, no sería mala idea resucitar la máquina bacheadora, que hace algunos años utilizaba la Municipalidad, para reparar las calles y así mitigar en alguna forma la frustración de los conductores y peatones, que día adía deben experimentar una travesía de obstáculos, para llegar a su destinos .

El viernes se inició el periodo de propaganda electoral en espacios públicos y Carabineros hizo un llamado la Ley Electoral, especialmente respecto a las nuevas instrucciones y normas emanadas y que indican precisiones respecto a lugares y formalidades para instalar elementos de este tipo.

Fue el prefecto Mario Sepúlveda Peralta quien formuló este llamado a cumplir con la legislación vigente en la materia, tarea que es de especial responsabilidad de todos los candidatos, como así también a sus respectivos comandos y brigadistas.

Se debe recordar que en términos simples, la nueva ley respecto a la propaganda electoral en espacios públicos determina lugares específicos en donde se pueden instalar aquellos elementos que antes se veían dispuestos en cualquier lugar, de manera indiscriminada, a veces, incluso generando riesgos de accidentes.

Hoy, se ha definido poco más de una veintena de lugares en Arica y San Miguel de Azapa para que los candidatos puedan realizar campaña de esta forma, lugares que cuentan con puntos definidos. Lo mismo ocurre con las otras tres comunas de la región.

Así, como lo han expresado las autoridades del Servel, particularmente el presidente del Consejo Directivo Patricio Santamaría, la idea es realizar una campaña limpia y en donde prevalezcan las ideas y propuestas, más que el candidato con más recursos para fabricar pancartas, palomas o gigantografías.

Es por eso que Carabineros informó que fiscalizará el cumplimiento de la normativa y para ello se instruyó al personal policial respecto de los alcance de la Ley 18.700 y de las atribuciones de Carabineros sobre dicha legislación.

Pero esta limpieza en las campañas también tiene que ver con la forma en cómo se relacionan los comandos y candidatos entre sí. Las nuevas normas también contemplaron el empadronamiento de brigadistas, por ejemplo, para evitar que se repitan hechos de violencia vistos en otras campañas políticas.

Lo importante es que candidatos y comandos entiendan que en ellos parte la imagen de limpieza y probidad que la política debe proyectar hacia la ciudadanía. Esa es la primera manera de reencantar al electorado.