En esta escuela para celebrar a la patria no importa la nacionalidad
En relación al total de su matrícula, el establecimiento educacional Ignacio Carrera Pinto es el que posee un mayor número de alumnos peruanos y bolivianos en el radio urbano.
En la escuela municipal G-27 Ignacio Carrera Pinto, uno de cada tres alumnos tiene ascendencia extranjera. Principalmente, peruana o boliviana.
Ubicada detrás del Terminal del Agro, en calle El Pedregal, es uno de los establecimientos con mayor índice de vulnerabilidad. Los estudiantes en su mayoría, son hijos de migrantes, mientras que otros, provienen de los campamentos del sector.
¿Cómo se celebran las Fiestas Patrias en esta escuela? En primer lugar, profesores, apoderados y alumnos coinciden en que más que un establecimiento formador, la comunidad de Ignacio Carrera Pinto es una verdadera familia, que acoge y respeta la diversidad como parte de su proyecto educativo institucional.
"Acá la integración es un tema fundamental. El 98% de nuestros alumnos son aymaras, así que no podemos quedar ajenos a la realidad multicultural que vivimos en la escuela y en general, en nuestra región", comentó Ana María Faúndez, jefa de UTP de la escuela.
Faúndez agregó que en el último tiempo han ingresado más alumnos bolivianos y que por esta razón se han esforzado en impulsar la multiculturalidad como sello distintivo del establecimiento.
"Debemos vivir en armonía fomentando una educación por la paz. Queremos que haya alegría, compañerismo entre los alumnos y que se conozcan y respeten las tradiciones. Por eso celebramos en grande el Machaq Mara y hacemos un tambo con bailes típicos".
Amor por la escuela
En esta escuela decidieron celebrar el 18 al ritmo de la cueca y otros bailes tradicionales. Tampoco faltaron los juegos típicos y la empanada. Alumnos extranjeros y chilenos aprendieron en talleres, la importancia de preservar la cultura.
"Acá no hay distinción de acuerdo a la nacionalidad. Nunca le hemos cerrado las puertas a ningún alumno extranjero, al contrario, les damos toda la facilidad para que se integren de la mejor forma posible", manifestó Mónica Azócar, inspectora general.
La directivo destacó el compromiso de los padres y apoderados en la educación de sus pupilos, quienes, a pesar de las carencias, se preocupan de enviarlos al establecimiento de manera impecable.
"No le exigimos a nuestros apoderados. Ellos buscan las instancias de apoyar a sus niños lo más que pueden. Venden cubos, golosinas o buscan ofertas en el Agro con tal de mandar a los chicos muy bien presentados. Hay un compromiso con la escuela, ellos nos ven como parte de su familia", contó Azócar.
Coral Leaño, apoderada oriunda de Bolivia, contó que sus cinco hijos pasaron por la Ignacio Carrera Pinto. La escuela para su familia -dijo- ha sido como un hogar en estas tierras que no son suyas, pero que ya las siente como propias.
"Acá se nota la hermandad, no hay nacionalidades, siempre he tenido una buena acogida y mis hijos se sienten felices de pertenecer a esta escuela".
Por su parte, Carol, alumna de octavo año básico, manifestó nunca haber sentido alguna discriminación, sino al contrario.
"Como descendiente de bolivianos acá nos respetan. Podemos compartir nuestras costumbres en especial, cuando celebramos Machaq Mara. Ahora, para Fiestas Patrias, aprendimos a bailar la cueca, que también es importante para nosotros porque somos chilenos".
La escuela por décadas ha sido estigmatizada por la ubicación que posee. "La gente piensa que los niños que estudian acá son hijos de delincuentes o de gente de mala vida. Acá hay gente de esfuerzo, que lucha día a día por darle una mejor educación a sus hijos y así es como muchos salen adelante", destacó Moisés Vicente, apoderado.
En ese sentido, Vicente resaltó el apoyo y dedicación que tienen los profesores y profesionales de la escuela, que se esmeran en fomentar la sana convivencia escolar, además de la formación de los niños.
Mientras Juan y Haydée se preparan para bailar un pie de cueca, representando a su curso, sus padres disfrutan de la convivencia organizada para celebrar Fiestas Patrias. Haydée busca su pañuelo y Juan se acomoda el sombrero de huaso mientras los acordes de la cueca comienzan a sonar. En la escuela con mayor número de alumnos extranjeros en relación a su matrícula total, el 18 de septiembre se vive con pasión.