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La larga lucha de una ariqueña para volver a oír

Por un dictamen de Contraloría, María Díaz Cortez se convirtió en el primer paciente sordo del norte de Chile en recibir un implante coclear, con el que recupero su audición.
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Jennifer Lazo V.

A los 13 años María Díaz Cortez comenzó con dificultades auditivas. A medida que pasaba el tiempo los médicos le dijeron que en un futuro terminaría perdiendo por completo la audición, es decir, pasaría a ser un habitante más catalogado como "sordo productivo", por lo que bajo sugerencia de los profesionales comenzó a prepararse para ese momento, donde su mundo pasaría a ser un rotundo silencio.

A sus 43 años, el diagnóstico de los médicos ya era real, Díaz había perdido el 99% de su capacidad auditiva; el momento de enfrentarse a un mundo en silencio había llegado, pese a su preparación, haber aprendido el lenguaje de señas y lograr desarrollar una vida "normal"; pero la frustración de no poder comunicarse a la perfección hizo que comenzara a sentirse inadaptada y en soledad.

"Cada año perdía más la audición hasta que quedé sorda, los médicos me habían advertido de ello, yo sabía que iba a quedar sorda joven, me preparé, cuando llegó el momento de no escuchar nada, lograba comunicarme con lenguaje de señas, pero por el desconocimiento que la gente tiene sobre los tipos de sordos, comencé a sentirme cada vez más discriminada; en Chile existen leyes de inclusión. pero la gente no es consciente de aquello" expresó.

Ella había escuchado sobre una operación, donde un dispositivo médico electrónico podía sustituir la función del oído interno dañado, llamado implante coclear.

Desde entonces comenzó un largo camino para mejorar su calidad de vida y lograr ser una de las cerca de 250 personas en Chile que posee un implante coclear al año.

"La operación era costosa, salía cerca de 30 millones, yo trabajo, mi esposo también, pero era un monto inalcanzable para nosotros; tenemos dos hijos y los costos de vida han encarecido bastante, no podíamos endeudarnos tampoco, era un dinero que jamás podríamos juntar" contó Díaz.

María comenzó a golpear puertas, visitó distintos médicos en la ciudad de los que todos le informaban que la operación que tanto anhelaba era parte del plan Auge pero no para personas adultas. "Yo pensaba que era injusto; cómo mejorar la calidad de vida y un tema de salud pasaba por unos criterios económicos; me frustraba a momentos, pero decidí seguir golpeando puertas".

Volver a oír

En el 2013, luego de haber consultado varios médicos a través de la atención pública en el Hospital Regional, Díaz recibió la noticia que tanto esperaba, un nuevo especialista que la examinó le comunicó que sí podía optar a un implante coclear a través del Auge."El doctor Segovia me atendió, revisó mis papeles y me dijo 'tú si puedes operarte', yo no cabía en mi felicidad, le expliqué que me habían dicho que no por los papeles administrativos, él me dijo 'yo te ayudaré, en la zona centro y sur, sí se operan adultos y es para todo Chile" contó.

Desde entonces comenzó su lucha por hacer efectivo su derecho a ser implantada, convirtiéndose así en la primera paciente -adulta- del norte en recibir un implante coclear. Díaz contó que gracias a un dictamen de contraloría, el hospital y el Servicio de Salud hicieron rápidamente los papeles para operarla.

Hoy su capacidad auditiva mejoró sobre el 50% y anima a quienes están pasando por una situación similar a que sigan golpeando puertas, se informen y hagan valer sus derechos que muchas veces se ven pasados a llevar por problemas administrativos.